diciembre 25, 2010

Infrasonía 74

Fui a parar al cementerio, con el viento soplándome la cara.
Parecía un retrato el cielo, estrujado entre tantas nubes blancas.
El pasto bailaba como si fueran extensiones del cuerpo de tantos muertos.
Pensé en la gente que había bajo tierra y en los que estaban entre las paredes.
Unos al lado de otro, soplándose las cuencas de los ojos para espantarse los gusanos.
Haciendo competencia para ver quien quedaba con más carne adherida a la estructura ósea por más tiempo.
Habían juguetes abandonados. Sólo eso, abandonados, traicionando el propósito por el que fueron creados, o acaso no, nadie puede saber con certeza si no hay almas con ganas de jugar después de medianoche, para capear el frío.
Habían muchísimas fotos, desteñidas por el sol que les da en la cara, inmóviles sus rostros, casi con flojera de seguir perpetuándose.
Me senté en cualquier lugar y dejé que las ramas de los árboles me contaran historias, no me asusté con ninguna. Me decían sobre fantasmas, sobre venganzas, sobre duelos, sobre lloronas y profanaciones; hasta las piedras abrieron mucho los ojos, a mi más bien me entretuvo la anécdota. ;)

diciembre 24, 2010

Infrasonía 73

En el fondo ¿qué busco?
No lo sé. ¿Busco algo?
¿No lo encuentro en mi mente cada noche antes de dormir? ¿No siento el murmullo de las voces de mil exploradores, acá arriba, en mi cabeza que da vueltas?

Cuando llego al cielo, por ejemplo, y mantengo animadas conversaciones con tantos pájaros ebrios. ¿No estoy encontrando precisamente lo que busco? Esa sensación burda y tibia que parece sacudirme la mal/nostalgia de la que suelo ser presa. Porque ese tipo de nostalgia que siento yo, no es esa que deben sentir otras personas, más amables y cálidas en el trato, no es esa sofisticada angustia que da toquecitos placenteros en las paredes internas del pecho. La mal/nostalgia que se apodera de mis tardes grises, como esta, como ahora; es más bien una suerte de bulliciosa y asquerosa orgía entre odios, malos deseos, malos augurios, ganas de matar a alguien, ganas de romperme un dedo, de quebrar el vidrio. De tratar de puta a mi madre y hacer llorar a mi padre hasta verlo consumido en mi pies, ganas de tragarme la valentía oscura que me permita salir volando por el techo, drogarme hasta desaparecer de mi propio mapa. Terrible nostalgia del engendro que debo haber sido en otra vida, que sé yo. Ganas de no ser nadie, de no ser vista, ni oída, ni tocada por el viento. Ganas horribles de estar tan sola que no pueda soportarlo, de herirme mucho, de ser expulsada del planeta y condenarme a estar confinada en el lugar más inhóspito posible.
Alimentarme de ratas muertas, de cadáveres putrefactos de perros atropellados, beber de los charcos de agua sucia de cualquier calle, dejar de ser una persona y ser una sombra que aparece en los espejos de las mujeres buenas y asustarlas y golpearlas y apedrear a los hombres y despedazar sus orgullos viriles.
Maltratar niños y ancianos, reirme llorando, caerme en la desesperación de estar envenenada
¿Y si es eso lo que busco? ¿Y si es hacia allá a donde se dirigen mis erráticos pasos?

Infrasonía 72

Imaginé la niebla bajando de la colina, imaginé el dejarse llevar por la gravedad, el vértigo de la caída en un vehículo sin frenos.
Imaginé el viento congelado en mis mejillas, dejando trocitos de hielo en mis pestañas.
Imaginé el dejarse caer sin importar nada.
Hacia abajo en una noche espeluznante que no me daba miedo.

diciembre 23, 2010

Infrasonía 71

Creo que el tiempo se metió en problemas, creo que no me deja en paz.
Parece que las vitrinas están rotas, parece un día de funeral.
Quizá las horas pisan hojas, quizá ya no vuelvo más.

Se arrebata el sueño, me perturba en secreto la furia de algún animal.
Agujas se atoran en mi pecho, sale un hilo al viento de rojo rencor.
Piedras que ya no encuentro, se resbalan en silencio planeando una revolución.

Converso con la sombra del intento.
Me siento en el suelo del cementerio, rezo a lo que no creo para salvarme de la sugestión.

diciembre 21, 2010

Infrasonía 70

Agitación interna. Subjetividad asquerosa.
Dios que supuestamente existe, debes perdonarme aunque no esté arrepentida, aunque no me sirva para nada.

Rabia brillante que se derrama sobre mis muñecas. Exilio.

Humo.

Sacrificio. Exorcismo.

Algo o alguien me está susurrando. Son mis culpas.

Explotan cosas.

Se quiebran vidrios. Los guardo en mis bolsillos, los usaré luego, cuando esté sola.

Sigo siendo una niña, una estúpida niña que nunca supo donde ir. (un insecto)

Turbulencias en los latidos de una máquina que a veces no reconozco...

Trozo de mí.

Ojalá me esperen las trompetas del apocalípsis.

Pestañas con gotas de adorno.

Espero un momento, porque quizá esto no está realmente sucediendo.

Infrasonía 69

No se entiende, no me importa.
Me galopa en el pecho un caballo condenado.
Me tiemblan las manos.
Se me acaba el aire.
Y pierdo control de mis ojos, que sin ningún remordimiento lloran.

Me ahogo en mi misma, en el propio descontrol de lo que siento.
Y siento el peligro acechando, sé lo que viene después de esta sensación.

Porque yo, la que habita dentro de este cuerpo ahora, está asesinando todo lo que atesora la caja de cristal de lo que siento.
Porque yo, la que lamentablemente no desaparece nunca, se está preparando para el gran golpe.

Me asusto de mi propia mente.
No puedo evitar sentir dolor cada vez que me trago la agonía de mi piel abierta.
Metales líquidos, como mercurio químico, perforan mis entrañas.

Puede ser consecuencia del bloqueo que no me deja alternativa.
Retrocedo en el tiempo casi sin darme cuenta y me cuesta volver y grito por volver a sentirme tranquila, perteneciente a la calma que me entrega tu existencia. Pero cuesta, porque sin querer hacerlo, me odio tanto.
Me odio por no entenderme, por la fragilidad de mi voluntad, por mi ausente fuerza.
No quiero lastimar a nadie, pero no puedo evitarlo si mis dientes son cuchillos.

Pero lo intento, sabes?
Me concentro, aprieto los puños y tenso la quijada nuevamente, como tantas veces, y arremeto contra mi vida. No puede ser coincidencia que aparezcas, como un visitante tibio en estas horas congeladas. Espera que respire hondo, no te asustes si salto por la ventana, porque a veces, como tantas veces necesito destruir mis castillos internos.
Porque aveces, como tantas veces necesito un rescate.
Ojalá tus ojos estén abiertos porque aunque, temeraria me lanzo a la muerte, confío en secreto en que tus manos detienen mi caída.
Porque si eres de lluvia, apagaras mi violencia. Porque si no lo eres, no sé quien soy yo tampoco.
Porque si tus ojos no te obedecen, no miraran el monstruo que se ensaña conmigo mientras duermo.

Infrasonía 68

Como pasa siempre me convierto en pasajera que viaja hasta la luna.
No me puedo escapar por las noches, sigo victimizando mis giros de medianoche.
Siento que me empuja el brillo del cielo, me trae de nuevo y mil veces a su profundo sueño.
Estoy de vuelta, una vez más. Como si no me hubiera ido nunca.
Y los antiguos conjuros ya no sirven, pedaleo hasta lo que conozco de memoria.
Me siento magnetizada como siempre.
Me arrastro con las rodillas heridas.
Vete luna, bésame en la mejilla. No quiero estar de nuevo clavada en tu desértica palidez.

Te imagino a ratos, corriendo carreras en mi mente, insultándome a través de un espejo.
Reflejando mi rabia, devolviéndomela mezclada con alcohol.
Te veo de reojo jugando con mis memorias, tocando mis fibras que resisten.

No quiero verte, no aparezcas. Demonio disfrazado de luna.
No quiero tus enigmas de traición, no quiero el letargo de tus labios mordidos.
No quiero verte llevándote de nuevo mi voz al limbo.
Ángel a la inversa, devuélvete.
Como sea, no lo intentes.
Mirada de nausea no finjas simpatía.
Me lavo las manos después de vomitar tu historia.
No te quiero cerca. No quiero el miedo que me produce tu nombre. No quiero verte en la calle. No quiero que recuerdes mi casa.
Te he visto matarme antes, no te veré hacerlo de nuevo.

diciembre 19, 2010

Infrasonía 67

Ser de aire, aire sucio, sucio intento, intento matarme, matarme pronto, pronto desaparezco, desaparezco tranquila, tranquila está la tarde, tarde lo pienso, pienso las salidas, salidas de medianoche, medianoche y sus lobos, lobos incompletos, incompletos sus parajes, parajes abandonados, abandonados sus ojos, ojos sin miedo, miedo a esos gritos, gritos adoloridos, adoloridos los hombros, hombros que cargan peso, peso muerto, muerto el aire, aire que se respira, respira la cuidad en celo, celo sienten los postes, postes sin luz ni camino, camino pateando piedras, piedras que sobran en el camino, camino rumiando cosas, cosas que no tienen sentido, sentido que perdí con el tiempo, tiempo mutilado y sanguinario, sanguinario el sonido del cuerpo, cuerpo estrellado en el cementerio, cementerio de sueños, sueños pusilánimes, pusilánimes mis intentos, intentos fracasados, fracasados los días, días calurosos, calurosos los gestos de quienes me rodean, me rodean murciélagos muertos, muertos aleteos, aleteos y sombras, sombras que no puedo evitar ser, ser de aire, aire sucio, sucio intento...

diciembre 18, 2010

Infrasonía 66

La pacífica mentira, descansa en una orilla de playa, en un puñado de pasto, en un par de pensamientos oblicuos.
La pacífica traición duerme sobre el tiempo ausente, se despierta con ínfulas nuevas pero vacías, se alimenta de pedazos de reconstrucción inútil.
La pacífica herida se abre en momentos de tensión, de completa soledad.

Se odia, se percibe.
Se retuerce el pánico en su propia celda de carne hueso.

Infrasonía 65

Hoy día la noche es un cadáver y por eso se me ocurren buenas ideas.
Abro bien los ojos.
La luna es la muerte y yo soy su espía.
Me trago una bocanada de aire.
Obra pura, pura sangre, sangre maldita, maldita coincidencia.
Me respiro a mí misma.
Paso etéreo, de hombre sobre la luna, intrigantes misiones.
¡Recorrer el mundo!
Comenzar una tragedia.
La noche está muerta y por eso regreso, entre escombros de mis memorias dañadas, entre los pilares de mis años demolidos.
Me fumo dos estrellas.
Revienta el viento en mi oído mil veces, se infla mi cabeza, salgo volando por mi ventana.
Me veo en pantalla, me veo en otro lado.
Exterminio popular.
Que pasen los verdugos, he aquí mi cuello y mi sangre fría apunto de regar los jardines.
¡Pesadilla!
Despierto agitada, afiebrada, jadeando y arañada.

diciembre 17, 2010

Infrasonía 64

Déjame mirarte como si te conociera desde siempre, como si al sentir un ruido allá lejos, ya supiera que son tus pasos.
Déjame escribirte esto y otras historias, aunque no todas me gustan, aunque se parezcan tanto.
Déjame ahogarme en un estero camino a tu presencia difuminada, como si fuera un sueño o un trance, como si yo viajara de distinta forma.
Las venas hacen dibujos en nuestras manos, para recordarnos que estamos vivos y que estamos ahí, en un instante concreto, tangible, presente.
Las luces siempre fueron una cámara de tiempo, las sustancias que nos alteran la conciencia siempre fueron el tiempo, como una onda suelta y flexible que acomodamos a nuestro antojo.
Porque quizá sea tu mirada un mundo entero, uno de tantos y el favorito de mis giros.
Porque quizá sea la última vez que te vea, porque me pierdo cuando apareces en mi cabeza, porque no intento hacer nada más que encontrarte siempre.

diciembre 10, 2010

Infrasonía 63

Ese día que la gente estaba en lugares equivocados y nadie estaba donde realmente quería estar.
Ese día en que el sol salió por otro lugar sin decirle a nadie porque, confundiendo los esquemas y cambiando los colores del cielo.
Ese día en que todos gritamos tanto que nos quedamos sin voces, que nuestras gargantas se desgarraron como telares que caían del cielo... ese día y no otro.
Ese día en que extrañé tanto y tan anticipadamente...
Ese día que estaba desolada y que las sombras de todas las nubes se posaron en mis ojeras grises, ese mismo día, en que mi pelo se hizo uno con un torbellino de tierra...
Ese día en que mis ojos afilados no alcanzaron a ver la tarde, ese día estaba yo frente al mundo, en una cuidad que jamás habían tocado mis zapatos...
Ese día miré a lo alto, me enceguecí por el atardecer inverso que desconocía mi memoria y lo vi a él, lanzarse sin pensarlo dos veces desde la torre Tokio.

Infrasonía 62

Epicentro, oleaje.
Palabras de fondo que se tiñen de espuma.
Colores vivientes, danzando en mis perceptivos y lastimados ojos.
Sonidos en el aire que traspasan las barreras de tiempo.
Concluyo que he muerto, porque no se puede estar tan bien en vida.
Concluyo, que duermo, que no se puede ser tan feliz despierta.

La vida, un lapsus. Una palabra fea.
La vida, un pestañeo, una sala de estar antes del portal de lo absoluto.

Bajo el sol, cuarenta uñas, sosteniendo con fuerza la arena que nos sepulta.
Temporal y resistencia.
Cavilaciones e ideas de otro lado.
De fondo, pájaros que conversan, sobre como estuvo la pesca, sobre como estuvo el día.

Lo siento, no soy poeta.
Lo siento, mis palabras simples se repiten siempre.
Escribo sin ganas, pero sólo cuando quiero hacerlo.

¿Propósitos? No tengo.
Me espantan las tardes color rosa, me aterriza tu puño apretado.
Me pierdo, lo tengo claro.
En mis rumiaciones me acuesto, me duermo pensando en cualquier cosa.
Conservo, las partículas que se quedaron incrustadas entre mis cosas.

diciembre 06, 2010

Infrasonía 61

Mi frágil estado de salud me digitaliza en estos momentos, me inmortaliza en binario para cuando, sin darme cuenta, me muera sin que nadie me odie.
En esta materialización de ideas que tosen sangre en mi cabeza, no logran que mi cuerpo se enferma, porque se afiebró mi mente inquieta un segundo antes, precoz impulso irresponsable. No me tocan las malas noches, las reemplazo por el abandono en las letras, por el sonido de las teclas sin punto aparte.
En este fragmento espacial tengo armas de fuego, cuchillos y camino con un metálico sonido industrial a mis espaldas. Tengo la piel más fría que de costumbre y fumo más cigarros que de costumbre... soy más nostálgica que de costumbre y al mismo tiempo más frívola que de costumbre.
En este estado mayor, que suprime a mi yo encarcelado, no noto la ausencia de control, no soy humana, soy verdugo.
Mis músculos no se mueven ante la huída de nadie, porque de nadie depende mi euforia egoísta.
No me alcanzan las palabras.
¿Qué tan profundo puedo entrar en la madriguera del conejo?

diciembre 03, 2010

Infrasonía 60

Hace tanto tiempo que no veía morir la tarde.
Hace tiempo que no me abandonaba a los placeres inocentes de una tarde sin prisas, que sé yo, leer un libro tirada en la cama, dejándome envolver por la romántica historia, dejando que las páginas me acaricien la cabeza y me escalofríen la espalda, cerrando los ojos para imaginar mejor. Descalza y despeinada, con la cabeza hundida en la almohada. Tomar un té de naranja mientras el sol se filtra por el visillo de mi ventana, dejar que mis párpados carguen su propio peso y me nublen y me nublen y me nublen.
Mirar por la ventana y pensar en otra cosa, dejar atrás la tristeza (pero no tanto) embriagarme con la muerte de esta tarde solitaria, desaparecer de mi cerebro y de mi mapa, encontrarme sola con la mitad de una sonrisa estampada en mi cara.
Dejar fluir música y verla flotar por mi habitación, como una nube aromática, como un vapor que me eleva, me mantiene abrigada y adormecida.
Me abandono a esta tarde, entre luces brillantes y hermosas sombras. Entre suerte y literatura. Entre brebajes y canciones.
Entre ese espacio que existe entre el sol y el horizonte.

noviembre 27, 2010

Infrasonía 59

Una estrella roja cayó por tus ojos y se enterró en mis dedos, ahora me incendio a causa de bola de fuego que llovió de tu cara. Déjame sin manos porque no me sirvió gritar fuerte.
Una bomba atómica que saltó de tu boca, explotó en mi oído y ahora aunque estoy sorda, no puedo evitar escuchar como se rompió todo en mi cabeza. Déjame muda para no poderte matar.
Un cabello sólido dejó huellas en mis muñecas heridas, era una filosa prueba de tu potencial de asesino, me desangré varias noches y continué con vida porque un sol que se escapa por debajo de tus uñas se adhiere a mi piel, sanando algunos golpes.
Una laguna profunda en la que me caí sin darme cuenta me ahogo unos segundos, logrando hacer que mi cuerpo se desesperara ante la promesa de la inevitable muerte.
No eran lagunas, eran dos ojos, aparentemente tuyos. No me caí, salté al desafío y ya no me ahogo, floto y descanso en una isla privada, veo el paisaje desde este trozo de espacio, veo el infinito cielo, morado de tantas estrellas, veo la Luna desintegrarse en el futuro. Veo al sol evaporando los mares y veo el silencio lamentándose con las rodillas en el pecho. Veo aves caer muertas y perros comer cadáveres humanos, veo insectos que no había visto antes. Veo el fin de todo aproximarse con dulzura e inquebrantable voluntad, pero sonrío de todas formas, me encuentro de espaldas al vacío, inmersa en tus ojos que son lagunas, que llueven estrellas rojas que se revientan y manchan mi pecho jamas arrepentido.

noviembre 23, 2010

Infrasonía 58

Y como no me siento culpable sólo pienso que no es mi culpa no tomarme nada muy en serio, no es mi culpa gastarme la vida en gritos.
Porque aunque pienso ser fuerte nunca lo dije en voz alta. No es mi culpa que mis pupilas se desvanezcan como argollas de humo, no me culpo de a veces querer correr muy lejos.

No es mi culpa que mis lágrimas de vayan al mar y que siempre deje que las personas miren a través de mí. No es mi culpa que me corten tantas veces de escena.

(Pero es como si te parecieras a mí esas veces, en las que me siento caer sin fondo, en las que siento que no sé de dónde realmente vengo. [entonces acepto que eres como yo y que no existo sólo para mí])

No es mi culpa que los días me boicoteen siempre, no es mi culpa que las nubes siempre me digan que lloverán sobre mi cabeza algún día, que el sol, descuidado me confiese sus ganas de quemarme desde dentro.
No es mi culpa que mis ojos no confíen en ningún dios.
No es mi culpa recordar siempre sólo las veces en las que he estado tan mal.

NO es mi culpa ir de cacería de mi propia alma.

noviembre 20, 2010

Infrasonía 57

Él no tiene nombre, ni huellas, no necesita las horas para perfeccionar su magia.
Se acuesta sobre mis recuerdos, se duerme en el último aliento de los lobos que se esconden entre las calles.

Él pasea con los ojos cerrados por la oscuridad de la cuidad, cambia el clima con un pestañeo, redirecciona las balas con su mirada.
Se ríe del peligro, se envuelve con mi muerte, se pierde entre los saltos que dan los gatos pasada la medianoche.

Él abre sus manos para detener el tiempo, para incendiar iglesias, para ahogar las olas que no se rompen entre las rocas, las olas que no son olas, las olas que se resbalan, que se evaporan, que no fueron.
Se embriaga de estrellas viajeras que atraviesan el cielo que pinta con su pelo.

Está drogada esta noche con su voz.
Está intoxicada esta noche con su voz.

Él cambia las estaciones del año con sus dedos perdidos.

Tambaleo.
Vértigo sienten mis huesos cuando se acerca el terrible verano que se esconde en su piel.
Vértigo siente cada una de mis células cuando la partitura de sus latidos explota en mi pecho.

Él, circunstancia azarosa, cuento sin páginas; que sin esfuerzo imprime leves sonrisas en las nubes que decoran mi realidad perturbada.

noviembre 15, 2010

Infrasonía 56

Los refugios a veces son malditos, pero protegen mi cabeza de sacudidas simultaneas, sin mucho orden ni razón.
Los refugios son como grandes charcos de agua azul, pero violentamente agitada, sacudida sin miramientos por los pasos rabiosos que intentan, iracundos, hacernos pertenecer a la tierra.
Los refugios son fríos como las noches en las que movidos por el potencial habitante extraño e interno, nos lleva a azotar los ojos contra la luna, odiándola de verdad, cuando la tragamos de golpe y la destrozamos en el pecho, para dejarnos clavadas las estacas de su claro de luna, sus vidrios fríos de piedra...
Los refugios necesarios que nos provee con mediocridad nuestro espíritu pasado son grises, rabiosos, dramáticos, suicidas, sangrantes, nostálgicos y lacerantes.
Grises, melancolía.
Rabiosos, melancolía.
dramáticos, melancolía.
Suicidas, melancolía.
Sangrantes, melancolía.
Nostálgicos, melancolía.
Lacerantes, profundamente lacerantes.

Destroza, refugio: mi consciencia adormecida.
Destroza, refugio: la tibieza de mi piel
Destroza, refugio: la paz de mis latidos.
Destroza, refugio: pupilas, pestañas, dedos, contornos, sonrisas, cogniciones arpías.

noviembre 06, 2010

Infrasonía 55

Un cigarro se consume en mi mano, las cenizas vuelan por mi caótica habitación de pánico y mientras los segundos se evaporan a mi alrededor puedo verme mascando vidrios, astillándome los dientes, rompiéndome los labios.
Tiembla el pulso, se secan los ojos. Descubro en mi interior un espacio inmenso y deshabitado, como una catedral antigua que nadie quiere visitar. Me duelen los dedos heridos, se encogen mis pulmones maltratados y los segundos siguen difuminándose en el aire, recordándome que pasan rápido, que no vuelven. Que nacen y mueren casi al mismo tiempo, que como corta es su vida sólo sirven para dañar, son como estocadas rítmicas que ahogo en vasos de ron.
Quisiera reírme de ellos y de sus insignificantes vidas, pero se llevan consigo la mía, como una mochila llena de papeles arrugados, aceitosos, malescritos.
La risa se vuelve acuosa, muy espesa e intragable. La risa se vuelve ágil y escurridiza mientras el tamborilleo de mis latidos que no cesan resuenan con colosal eco dentro de mi catedral llena de polvo.

noviembre 04, 2010

Infrasonía 54

Las estrellas estaban dilatadas, goteando de un cielo rojizo, acuosas (deja vú).
El viento recalcitrante envejecido rompía a girones las pieles descubiertas.
Era como el fin del mundo, era como un libro que leí. Era como un sueño malo, de esos que pasan casi siempre, de esos que ya no me sorprenden.

No habían vivos, no habían muertos. Habíamos sólo desolados caminantes nocturnos, solitarios y fumadores, derrochadores de los últimos momentos, pusilánimes sombras de ojos tristones.
Nadie se miraba a la cara, los perros parecían nisiquiera sentirnos, eramos extraños en estas tierras, eramos fantasmas de fantasmas, como almas muertas que no tienen almas, como corazones muertos que no laten, ausencia.

La cuidad estaba dormida y todos quienes odiamos vivir así estábamos despiertos, en posición fetal, revolcándonos en nuestras miserias sin gloria, en nuestras perdidas sin esfuerzo ni ganancia. Aullando a la luna desaparecida, invocando a las divinidades en las que no creemos.

Me senté en el borde de una escalera, sólo para cerrar los ojos y encontrarme un momento, recobrar las fuerzas para continuar el camino. Dejé que una brisa helada que partiera la cara, le sonreí en silencio al miedo, acaricié las cabezas suaves de mis demonios, me tragué la sangre que caía de mi boca agónica, se me nubló la vista y continué tambaleante, borracha de mí misma, asqueada de la vida entera.

noviembre 02, 2010

Infrasonía 53

La gravedad y sus agravantes no me alcanzan, no me muerden los tobillos los colmillos del subsuelo. Pero esto es por hoy y sólo por hoy, como una oferta nocturna del cansancio esquivo.

Egoismo. Autosatisfacción.

El miedo y sus temblores no me alcanzan, parecen no verme las ventoleras fantasmas, pero esto es esta vez y la única vez, como la mordida de una araña.

Me escapo, me escondo, no me atrapan las lágrimas de las nubes, goterones absurdos, ilusos melodramas.
Sonrío de mentira, asustando a la cuidad.
Sin éxito golpeo mi pecho.

Individualismo edónico.

octubre 25, 2010

Infrasonía 52

Pronto pierdo la difusa linea, se borra como de tiza, frente a mis ojos que no han parpadeado.
No sé si me lo invento pero parece ser que nací hoy día, que morí enseguida y que perdí la ruta.
Josephine vuelve cada vez que retumban mis costillas y desaparece cada vez que me atrevo a enfrentarla.
Lo que y lo que no es, lo que debería o no ser, se esparce como arena sobre la mesa, después de un soplido cansado, como una nube trasparente que deja de ser nube cuando el viento la destroza.

Si nací hoy día y morí enseguida tendría sentido el no saber donde ir, puesto que el desorden de mi pelo y el cansancio de mis ojos me recuerdan que no es así, el sentido revienta, deja de ser pensado, deja de estar en mi plano.
Josephine me eriza la piel en las asoleadas calles que me perturban, que atraen a años antiguos de pasos acelerados y sanguinolenta pestaña.

Energía en negativo, felicidad pero al revés, tranquilidad en su opuesto. Matemáticamente el valor absoluto de la sonrisa. Multiplicación por -1 de buenas intenciones.
Indecifrable coraje que vulnerabiliza mi pulso, dejando expuesto el torax ante la estocada que viene de mi propia mano enajenada. (o no tanto)

octubre 18, 2010

Infrasonía 51

En el tierno intento por no desanimarnos pronto, nos extinguimos hechos pedazos. Con el viento que revuelca nuestro pelo, dejamos volar el potencial de los instantes, porque debemos atarnos a la amargura, con doble hilo, irrompible lienza.
En los caminos soleados dejamos nuestras expectativas para que se incineren, porque tenemos sueños pero no queremos cumplirlos.
Esperamos la resurrección cuando se apaguen las luces, pero tememos morir mirándonos a la cara.

Son los instantes sorbos de enajenamiento y preocupación.
Es la vida eterea, son los pasos nubes que se dispersan.

En los colores que adornan nuestro entorno dejamos lo que nos importa sin pintar, porque todo nos importa mucho, pero sin embargo, no demasiado.
En la refrescante lluvia ahogamos nuestra sedienta imaginación dormida, porque queremos crear para odiarnos un poco más.

Son las personas, casuales buenos momentos.
Son los ríos, relojes que marcan nuestro paso incorrecto.

octubre 14, 2010

Infrasonía 50

Idiota el intento que no resulta, idiota mi voz que no exclama, idiota mis manos que tiemblan, idiota mi expresión de gato asesinado.

Idiota la circunstancia en que sin proponérmelo quedo incrustada en medio de las trampas horrorosas de mis ojos hipervigilantes, encarcelada en los sonidos de sus bocas, esas miradas de rabillo, comentarios que no alcanzan a ser palabras...

Idiota yo, parada entre tanta gente, sonriendo dolorosamente, tropezándome con todo lo que toco, queriendo hundirme en mi almohada.

Idiota la sensación de martir de mala muerte.

Idiota mi caminata solitaria.

Idiotas mis pulmones cansados.

Idiotas mis respuestas.

Quiero un par de ojos marrones que alteran el contexto al primer contacto.
Quiero sentirme menos idiota refugiada en el laberinto de un cuello perfecto.
Quiero la infranqueable sonrisa que desvanece mi idiotez con sólo imaginarla.

octubre 06, 2010

Infrasonía 49

Los rayos de sol esconden algo de misterio, algo de química. Algo de justicia a mis huesos dormidos, me despierto con las cortinas abiertas, con la certeza fresca en mi mente, hoy abandonaré este patio de jueguetes abandonados.
La luz amarilla se cuela por los visillos de mi ventana, hacen cosquillas a mis párpados y me desprenden con amabilidad del sueño en el que estaba sumergida.
Sonrío, apenas abro los ojos. Hoy comienza el viaje, en una esquina descansa mi maleta.
Abandono los parajes de la nostalgia y con destreza, amarro mi cintura a la melancolía, que con elegancia y ráfagas de hielo redacta mis recuerdos.
Finalmente la sonrisa se desvanece, se caen mis ojos al piso y veo mi realidad horizontal interminable, no sé muy bien que día es hoy, no sé muy bien si es bueno saberlo... Leí que el que vive solo no conoce del tiempo...
Finalmente decidí levantarme y acabar de una vez por todas con esta despedida tergiversada y dubitativa que sólo consigue que esté a punto de arrepentirme, a punto de esconderme bajo mi cama.
Estiro mis brazos, en señal de rendición ante lo planeado, me comprometo con el rol de ente ejecutor de las instrucciones del azar, camino despacio hasta donde el sol golpea fuerte, me envuelve una luz que encandila, cierro los ojos para no dejar que ninguna lágrima conozca el exterior de mis ojos, sonrío nuevamente, esta vez con una mueca de demencia.

septiembre 29, 2010

Infrasonía 48

En el momento expansivo que explique la explosión aguda de mis venas, podré confesar algo.
Cuando se ahogue el último sonido de mis labios dormidos, intentaré expeler sílabas que se esconden.
Instante incoloro, de tanta luz encandilado, color no inventado.
Si siento mis huesos hacerse astillas bajo el pulverizador brillo que rebota de tus pupilas, no podré perder nada y las palabras últimas saldrán por si solas.
Pantallas solares rotas, bloqueadores quemados, carbones en vez de ojos.
Vidrios en vez de uñas, fierros torcidos cayendo de los hombros, carbones en vez de dientes.
Terrible adorado momento de crucial estrategia.

septiembre 28, 2010

Infrasonía 47

Tan fácil de romper. Ola azul, derrotada en el azote.
Silencio en el color de los ojos, personas en las pestañas lánguidas.
Te veo venir, como un ligero mareo, aluvión de ideas ruidosas. Día y medio de desface en terrenos acuosos/mentales.
Suave pasos sobre mi frente intoxicada, tambores mis sienes, adelantando el holocausto.
Te veo venir, desesperación y vacío. Soledad celosa. Amargo flashback de mis hombros agotados.
Luz negativa impresa en mi piel, piedras en los bolsillos.
Genocida instinto.
Peligrosa naturaleza.
Caminata a ciegas que no evito.
Camino helado que conozco.
Torturas propias que domino.
Sacrificios que no cuestiono.

septiembre 25, 2010

Infrasonía 46

Podría ser sicaria, podría ser la venganza.
Podría planearlo todo, no es dificil como suena.
Podría intentarlo en silencio, sin expectativas claras.
Podría arrugar ese antes, disminuirlo en la pobreza.
Podría jugar bien, demilitar los movimientos.
Podría ser estratega, podría lograrlo de a poco.
Podría sonar casual, podría reirme entre dientes.
Podría hacer el guión de la escena de mi mente.
Podría dibujar el desenlace sin un poco de remordimiento.
Podría manipularlo todo, podría acabar eso por siempre.
Podría ganar a propósito o perder sin siquiera saberlo...

septiembre 23, 2010

Infrasonía 45

Dulce, como las tenues luces amarillentas de una cuidad silente, escondida al otro lado de la ventana. Como una rafaga delgada de viento nuevo que atraviesa el vidrio de cuatro ojos parpadeantes y sincronizados.
Sarcasmo afilado, como un ángel con navaja o unas vacaciones en el infierno.
Como una risa fúnebre en el rincón más triste de la tierra.
Brillantes, destellantes sonrisas, encandiladoras sonrisas, enceguecedoras sonrisas, explosivas, vibrantes que dejan desmenuzado el ambiente abandonado, bajo un puente enmohecido; transformado en un punto ciego, invisible para el descenso de todo lo que habita.
Somnoliento, amnésica voz de instantaneo efecto.
Eres ramas, vidrios rotos, espejos en el desierto, algodones púrpuras, tormentas que vienen y van, ventoleras en la tarde, líquido eléctrico, impulso que no freno.
Eres instante en que el vivo e instante en el que muero, presente inmediato, fragilidad de burbuja y fuerza de terremoto, alegría en chispas, nostalgia en gotas, peligrosas dosis mortales de psicotrópicos tropicales, de caliz de viejas tribus y elixir de nuevos magos.
Ternura, sutileza, ironía.
Estaciones del año y momentos del día.
Humor, temblores de huesos.
Eclipse en el sol, maremoto de sangre.
Incertidumbre y consenso.
Existencialimo sin culpas.
Laguna de esporas mordidas.

septiembre 21, 2010

Infrasonía 44

Yo hace un tiempo te dije adios y era para siempre. No vengas a este sitio a decirle nuevamente hola, como estás.
Nada de lo que soy responde a tu nombre, (no me busques entre tus enmarañados planes)
Lo que fui, se desvaneció con un poco de desprecio. (el desprecio que me permito sentir)
No puedo entregarte nada, no pertenezco a tu planeta destruido, a las ruinas de tu memoria malograda, acusadora, perecedera
Veo a lo mejos tu expresión de asesino a sueldo, no me atrae, no me tienta, no me agrada.
Tus ojos son ahora un patético atisbo de ser humano.
S
e

Ca e n
L as Le
tras

No
exis

ten

para t
i.

Mi mano te bloquea con rabia, mis jos no te ven ni la sombra.
Eres el fantasma de un perro que se quedo bajo tierra, 5 años de tierra en tu cara, 5 años cunfusos escupo en tus zapatos. Quédate encapsulado en un fa de guitarra que ya no me interesa volver a escuchar.

Infrasonía 43

Oda a la suerte en la que no creo, a la fortuna, que por serme esquiva desdeño.
Reverencia con matices cínicos al camino liviano que forjan mis zapatillas.
Palabras dirigidas al espasmo de mi materia que se siente siempre vulnerable a (tu) tacto. Al suspiro tibio de mis pulmones manchados cuando se hace poco el aire en mis cargadas exhalaciones. Al tamborilleo constante de una masa sanguinolenta y enloquecida, en cuenta regresiva, bomba de moléculas agitadas al pensar (tu) alguna presencia eléctrica.
Dirijo palabras azarosas al miedo de quererte así de tanto, al vértigo de tus pirómanos ojos que incineran mis cuerdas vocales.
Me dirijo sintiéndome pequeña y poco digna de las vibraciones involuntarias que genera (tu) el dióxido psicotrópico de los mecanismo vitales.
Pequeña rata insignificante, pusilánime y temeraria, me lanzo al pantano desconocido, empujada por las voces que no salen de mi cabeza, que oculto con destreza cinematográfica. (o no tanta)
Avergonzada con las mejillas sonrojadas y los dedo fríos, funcionales sólo cuando se enredan en tu pelo y acaso cuando sostienen este lápiz, acaso cuando sostienen un cigarro, acaso cuando hacen callar a mis labios con motor impulso.
Perturbada y encandilada avanzo por los rieles que contruyo, escapando de mi cerebro traidor y justiciero del equilibrio, cable a tierra.
Pasaje de vuelta.

Infrasonía 42

Esferas multidimensionales: Entrelazadas, sobrias, aterrizadas.
Droga neblinera y nubosa: Desaparecida, diluida en las corrientes que me surcan y conforman.
Lugar: Ausencia de espejismos, población de cosas muertas. (Mi mirada en abstinencia)
Garaganta seca.
Pupilas de vidrio.
(Miedo infantil)
Viene de golpe la electricidad color petroleo, se asienta en mi estómago, perturba mi pulso, desangra mis órganos.
No sé como llamarte, vacío oculto y disfrazado. No sé detener tu estrategia trepadora.
Llamarte nostalgia sería error, pedirte explicaciones no me lleva a ningún sitio.
No eres miedo, no eres ansiedad.
Sensación sucia que empaña mis costillas.
Noche insegura, nicotinizada, sangrienta, llorosa.
Paisaje desértico: Ausencia de anonimato.
Final lánguido y postergado a mi fantasaía de cura, rebelión anti natura.

Infrasonía 41

No puedo controlar el ánimo, no sé que tengo que me vuelco sin remedio sobre arenales infectados.
Me idiotizo y me empeñezco, me entristezco sin motivo. Me son ajenas las palabras dulces, se reflejan en mi armadura escarlata.
No sé que tengo que no evito, caer corriente abajo dentro de mi propio abismo congelado.
Hago de miradas trizas, de pedazos de tiempo residuos.
Y la realidad se me hace tan real que no logro descnectarme a tiempo, demasiado consciente de mi peso sobre esta silla, demasiado despierta conozco la activación de mis mecanismos defensivos.
Me corroe algo la garganta, el pecho. Y es tan inutil buscar sentido que me pierdo dentro de mi misma, gigante espacio de colores lúgubres, gigante espacio lleno de aire seco.
(No entres, es horrible aquí dentro)
Del caos interno no me fío, del dolor que no se ha ido temo, de la frustración de continuar viva alimento mi expansiva, contagiosa y terrorífica forma de divagar entre los terrestres parajes a los que estoy atada.

septiembre 14, 2010

Infrasonía 40

Tienen algo de codicia mis sueños, vida propia, entes completos. Vivaces imitaciones de estar despierta.
Tiene algo de telúrico y de inoperancia, mi cuerpo desvanecido que no logra mantenerse activo. Pesadumbre en las pestañas, inestabilidad en el paso y el pulso.
Tiene algo de confrontacional mi colchón, hervidero de monstruos. Como una lucha inmediata es el contacto de mi espalda, horizontal a merced de sus fibras.
Tiene algo de vidas pasadas mi retorno, cuando despierto en otro cuerpo como ahora, viajera del pasado detenida en este tiempo. Algo de oscurantismo en la doble vida, algo de locura en mis momentos cuerdos, algo que no anda bien en mi organismo.
Tienen algo de suicida mis sueños, corazón enn huelga a punto de matarme de un infarto, quijada tensa a punto de cortar mi lengua en dos, pelo revuelto asfixiándome de a poco.

Me desangro.

Me detengo.

Me duermo.

Me despierto.

septiembre 12, 2010

Infrasonía 39

Aunque se me hagan trizas los ojos y caigan destrozados en medio de toda esta arena, aunque el relato sea breve y sin destinatario, aunque vuelen algunas sílabas como fibras invisibles por una cuidad de tonos crudos. No tiene sentido el explicarlo, no encuentran su cause las razones.

Ya perdió el motivo el pulso, la primera atracción de gravedad de mi mano sobre estas teclas ha desaparecido por completo, se ha consumido el minuto que me persigue, el segundo que me persigue, la destrucción inmediata trás mi espalda.

Y perdió el norte el punto final, se quedó en un boceto que divaga, torpe entrometido entre las ruinas de mi percepción borrosa.
Se incrusta en una roca la finalidad última de mis cordiales y nauseabundas intenciones, se difumina en el horizonte que dibujo, la noción traicionera de un propósito.

Estallan bombas.
Se pierde el camino.
Enloquecen los sentidos.
Se intenta, se resiste.
No se puede, es inútil.
Recuerdos, proyecciones.
No se puede, es inútil.
No se tiene pasado, no se tiene futuro.
Se consigue sólo esto, el impalpable destello de vida que me da forma, me angustia, me calma, me conserva en el limbo.

septiembre 07, 2010

Infrasonía 38

Río abajo mi mierda violenta, leve el suspiro de mi pecho abierto, mi boca mordida sangrando demencia. Una uña enterrada en el fondo de una grieta fresca, alarido placentero de la crudeza interna.
Dureza que increpa mi entraña sangrante, apuñalo el tormento, me consumen mis gritos.
Profiero blasfemias. Muero perpetua.

Cae por mi frente mi mierda violenta, incinerado el alivio de mis pulmones hinchados.
Me dejan sorda las explosiones turbulentas, no aguanto un segundo, me aniquilo en tormenta.
Desaparezco cadavérica, pálido mi cuerpo golpeado.
Encuéntrenme desagranda, alimenten buitres con mi carne.
Encuéntrenme desgarrada, azotada, masacrada con violencia.

Infrasonía 37

I'm drinking my blood. I'm sucking my sadness.
I'm trying so hard. I'm bleeding my madness.
It isn't anybody's fault, is just me and my weakness.
I can't show you my demons, I can't forget them at all.
I'm praying my freedom but I can't do it alone.
Needing some punishment, hoping some silent help.
Floating in nobody's land, hating with no reason, humiliation tears, burning drops falling from my veins
I'm consuming your time and maybe I don't deserve it.
I'm afraid about what I'm doing, about this long fucking search into my empty soul, into my sleepy eyes.
Please don't come over, don't send me your pity, don't look at me that way because I'm doing my best, 'cause I can't have a breath with all this pain.

Infrasonía 36

¿Y si te digo que yo te divise hace años cuando aun no pensabas conocerme?
¿Y si te digo que son mis sueños de los que estás hablando? ¿Me creerías?
Si te digo que mi subconsciente ha creado estos espacios, que estas telas de araña son trampas de mi mente para mantenernos cerca.
Son los edificios mis animalejos, soy un invertebrado con dolor de espalda.
Soy ojos que se cierran a media tarde, soy la personificación de una canción lenta, melancólica y automutilada.
¿Me creerías si te digo que todo esto lo he vivido antes?
Por que somos planetas en sí mismos, porque estamos hechos a la semejanza de la imperfección imperecedera, porque somos inermes seres desnudos, llorando bajo la influencia de los estímulos que nos privan el sueño...

Infrasonía 35

Repulsión por las maneras.
Órbita lejana y extraña.
Costumbre molida.
Abrasivo el aire, el sol, el azar.
Dimensión que me rechaza.
Lugares que me expulsan.
Personas que no tolero.
Palabras que salen solas.
Amabilidad disfrazada.
Sonrisa fácil, cínica, pusilámine.
Ánimo de cerro, cara de día nublado, labios blancos como la vejez.
Y aunque intento mirar el cielo, la mirada se entierra en mis zapatos.
Persigo mi sombra, le piso los talones al portal, a transformarme en sombra, en aullido desvanecido, a dejar de estar, dejar de pensar que estoy, dejar de hacer que el resto piense que existo cuando no es así, cuando lo más probable es que sea un holograma que aglomera las particulas asquerosas que un día esparcí por los rincones.

septiembre 06, 2010

Infrasonía 34

Embaucada por el destino, aunque no crea en el.
Me torció la mano el pasado.
Las razones las inventé, me las comí de a una y ahora rompen mi cuerpo por dentro, eran bombas ERAN BOMBAS silenciosas armas de guerra, dispositivos asesinos que yo misma cuando volví desde el futuro.
Y los regalos no fueron regalos, fueron castigos sofisticados.
¿Tú sabías de esto? Tú eres quizá cómplice de mi derrota.
Fue un plan quizá, maligno, terrible.
Mentida por mi fantasía no puedo moverme, ya es tarde, me pilló por sorpresa.

Me vestí de caos, me revolví en la tierra, me declaré la guerra.
Y todo fue mentira y nunca me sentí tan ajena y nunca me sentí tan despierta.
No pensé ser capaz de instalar esta sensación de destrucción, la odio y no la puedo quitar, no puedo quitar mis ojos de aquella idea que descansa en mi cerebro, la idea de haber creado un paralelo universo negro, donde los planetas son azotes y el viento me corta la garganta.

Infrasonía 33

De sentir mi mente hinchada con ideas revoltosas surge mi silencio, mi encierro y mi desconfianza.
Me llaman manipuladora y tienen razón, me siento perversa titiritera de entes aferrados a la falsa idea de quien soy. (no tienen idea)
De escuchar lo que callabas surge mi miedo, mi repulsión por mí misma.
Me llaman traidora y tienen razón, no tenían para que confiar.
Me muerdo una lengua afilada que hasta a mí me lastima, me enveneno de mí misma.
De ver en los reflejos mi expresión mentirosa, surge mi bipolar estado de ánimo, mi peligro de muerte, mi anhelo de castigo.
Me llaman muerta, me llaman perra, me escupen sus lágrimas.
Me llaman tortura, me gritan pecados, me atribuyen derrotas.
Tienen razón, nunca finjí ser otra cosa.
No me llamen para decirme quien soy.

septiembre 04, 2010

Infrasonía 32

Podría quemar el cielo quebrando cada estrella viajera.
Podría ponerme el viejo traje se asesina sin sueldo, recorrer las calles viejas que conozco de memoria.
Podría pasar desapercibida esta vez, que no me vea esa madre, que no me vea ese hermano.
Podría pasar a través de esta vida como una espada que corta el viento.
Nadie sabría mi nombre, sería todo tan casual.
Podría ser gentil. Podría maquillarme del color de la cuidad nocturna.
Podría arrepentirme a medio camino y aún así no abortar la misión.

Oscuridad sin ruido.

¿Puede alguien escucharte? ¿Puede alguien perdonarte?
¿Está muy oscuro? ¿Tienes miedo? ¿Te estás riendo? ¿Hace frío?
Yo me fuí hace mucho tiempo de este lugar.

agosto 30, 2010

Infrasonía 31

Alerta de ensimismamiento.
Prevención de caída libre a no sé donde.
¿ se escucha ?
Fuerte y claro, respondo yo del otro lado.
La mirada fija en el techo, esperando incendiarlo.
Caminar despacio bajo el cielo nublado, jugar con el equilibrio de mis pies.
Uno delante del otro. En linea recta. Uno... después... el otro. Paso por paso.
Sonrío conectada a un audífono.
Sonrío demente porque no sé que más hacer.
Camino despojada de mí misma y del resto. Camino porque no me conoce nadie.
Feliz y melancólica, trágicómica escena de ser de humo, salí expulsada por las bocas que no conozco, me difuminé en el horizonte y me quedé callada.
Silencio de sepultura.
Repetición de palabras.
Contéo incansable de todo.
Cuenta regresiva a ninguna parte.
Calendario avanzando sin mirarme ni un segundo.
Pedazo inútil de ser humano, frágil y aguerrido.
Confrontacionalmente perversa, inimaginablemente inofensiva.

Infrasonía 30

Pájaros muertos caen del cielo.
Plumas. Ojos. Cabecitas estrelladas.
Está todo invertido. Y si grito no me escucha nadie. Y si callo me mira todo el mundo.
Se evaporan los fuegos terrestres, nuestros pies se despegan despacio de la tierra.
No estamos volando, sólo estamos locos.
Sólo perdimos la batalla.
Sólo el absoluto caos domina las lenguas.
Y siempre quise que así fuera, reirme a carcajadas de la confusión colectiva, de nuestros ojos vacíos buscando donde atarse, nuestras bocas semiabiertas y asombradas.
Desorden.
Destrucción.
Ventanas reventadas, catedrales rotas.
Aullidos humanos, escondidos en la espesa noche.
Andamos en cuatro patas, somos animales ácidos y nocturnos, noctámbulos, desesperadamente instintivos.
No extraño la interacción, no extraño ningún tipo de lenguaje. Me quedé ciega cuando la blanca explosión hizo de mis pestañas muros y de mis dedos torres infranqueables.

agosto 26, 2010

Infrasonía 29

No puedo resistirme a una escapada contigo, no me resisto a tu voz que encarcela, parcelada en tus cuerdas vocales, incrustada en las ondas sonoras que me alejan de la tierra, así me siento cuando resuenan tus sonidos en mis amplificaciones internas.
No podría alejarme de tus manos tibias, de tus ojos de ojalata.
No podría dejar de quererte ahora, cuando cierro los ojos y te veo circulando entre mis laberintos rítmicos, no me resisto a los sueños en los que apareces difuso y te persigo y te encuentro camuflado entre la gente, tan distinto a todos, tan similar a mí.
No saco tu electrica presencia de mis circuitos, me movilizan los shocks de adrenalina desprendidos de tu piel. Navego poseida en un oceano sin fondo, oceano de lava volcánica, de sátira sin culpa, de ironía revuelta con dulzura, mezclada y remezclada en la sangre acelerada, circulante por mis venas como droga ilícita de híper adicción.

agosto 25, 2010

Infrasonía 28

¿Esa es maría colgada en un árbol?
Es el sacrificio femenino a su ausencia en las plegarias modernas, su voto de rebelión ante la indiferencia paulatina de su mirada revoltosa, porque nadie te cree maría que así como te ves seas en realidad, suelta y loca te imagino.
¿Esos son ángeles llorones? a sueldo, malditos tristones.
Quítense la túnica, fantaseen con drogas, escupan mi cara con su saliva divina, regálenme su gracia y su arpa.
¿Ese es jesús idiotizado con todo el mundo? Vaya manera de demostrar carácter, quítenle las sandalias playeras, traíganlo más cerca, es un tipo guapo después de todo, déjenme invitarle un trago y robarle un beso, que me regale así su temple, su labia convence-gente. Estaremos todos muertos si todo sale como espero.

El suicidio repugnante de su pasión antropofílica me revuelve el estómago, el inútil color de los ojos de ellos, los caminantes mártires me revientan por dentro.

La daga.
La sangre.
La gota de sudor en su frente.
Calor. Tierra. Amarillo. Carreta. Careta. Tristeza. Terrible.
Los odio, de la manera en que aprendí a odiarme a mí misma.

Infrasonía 27

Y antes de dormir me sentí borracha.
Sonreí lejana ante una noche fría, adornada con nubes difuminadas. Nubes blancas sopladas con delicadeza sobre un telón negro.
Abrigué mis manos bajo mi pelo apestoso a nicotina, sentí el calor apoderarse de mis dedos, movilizarlos. Sentí mis dedos enroscarse en mi pelo, desordenarlo.
Dí dos pasos, tambaleé y se me nubló la vista. Me recosté embriagada, mirando como el techo cambiaba de color, perdiéndome en la infita introspección que hacen los cuerpos extasiados.
Respiré hondo, el ambiente era totalmente familiar, mío en todo sentido. Desorden, basura, luces, cigarros, incomprendida felicidad agónica.
Mi espalda se hundía en el colchón, mis ojos se cerraban despacio, estaba ebria sin haber bebido un sorbo, estaba borracha de un estado multisabor, girando las cosas a mi alrededor, pestañeando lento, adormecida en un cuento escrito con la sencillez más pura que he visto.
Me dormí borracha, desperté borracha y todo me parece un poco más claro.

Infrasonía 26

Existe una forma, ya se cual es.
No puedo todavía, porque aún estoy invadida de miedo y de dudas.
La sencilla fórmula no es compatible con mi iracunda forma de reaccionar, me cuesta desligarme de las ganas asesinas de romperlo todo, me cuesta dejar atrás un pasado de torturadora potencial.

Delirio y fiebre.

Peligro y muerte.

Ilumino un camino, llevo de la mano la pequeña porción que aún le desea cosas buenas a los demás.
Espero tranquila el momento adecuado, el ataque en blanco, el escudo último.
No atravesarán con mal fuego las cortinas de mi refugio secreto, la construcción amable de mis días sin frio.

Logro y órbita.

Corte y sonrisa.

Infrasonía 25

Cuando estás atascado entre las sabanas de tu propia jungla ¿te molesta sentir el roce de lo ajeno en la piel?
Cuando te sientes acorralado entre las múltiples opciones que ofrece tu cerebro. ¿no te dan ganas de dispararte antes de escojer?
Cuando estás a oscuras en pleno día ¿no efervecen tus ojos aguados? ¿no cierras los ojos para evitar el ardor?
Cuando estás de pie frente a todas las personas que no conoces ¿no te dan ganas de salir corriendo hacia niguna parte?
Cuando te cansas de esperar tu propia mejoría interna y te cansas de intentar que alguien note tu esfuerzo por seguir con vida ¿no te hiere el corazón una lanza de hierro oxidado?
¿no se disculpa tu cabeza por interrumpirte el sueño y abandonarte en la selva de los recuerdos olvidados?
¿no temen tus dedos al de-le-tre-ar cada palabra?
¿no se disculpa tu reflejo cuando te miras y no sabes quien eres?
Cuando te prendes en fuego deseando arder hasta ser cenizas ¿no te tiembla el pulso? ¿no respiras con dificultad?
Hay algo desangrándome los ojos, un alarido lastimero.
¿No se anima tu alma al verme 9 grados bajo cero?
¿No te dan ganas de permanecer en silencio por el resto de la tarde?
¿No quieres volarme los sesos en mil pedazos?
Quizá ya sea mi turno.

Infrasonía 24 b)

No corro tanto peligro si lo pienso dos veces.
Le temo a pocas cosas, por que mi tendencia de martir patético me amortigua los golpes.
No me protejo contra nada, porque la vulnerabilidad de acerca a donde quiero estar.
Quiero estar adherida, quebrarle cada hueso a las tropas reacias a la derrota.

Me mantengo bien así, caminando de a poco. Con los ojos adiestrados ante cualquier ataque, con la frialdad necesaria para despejarnos la vista.
Logro sentir el peso de tus pestañas, inmiscuirme en los atajos necesarios que no saquen con vida de la virtualidad siniestra que nos contextualiza.

Idiotas aquellos que quisieron verte muerto, idiota la visión chamánica de quienes creyeron en el destino imperturbable, idiotas aquellos que no supieron cerrar bien las compuertas. Decifré la contraseña, contaminé sus rincones, los dejé nulos y agobiados.

Me alimento del calor de tus manos, me hidrato con tu risa.
Toco tu piel, se desgarra una deidad que juraba ser eterna.
Miro a mi alrededor y me siento tranquila.
Agradezco cada instante en que batallamos hasta quedar agotados, agradezco tu eléctrica presencia, me hace inexplicablemente feliz.

Infrasonía 24 a)

Pisamos terreno acuoso.
Podemos hundirnos siempre.
Estamos en riesgo de muerte.
Amenazados por nuestros miedos ancestrales.
Secuestrados por las imagenes peligrosas que proyecta nuestra mente.
Poseídos por quienes no nos dejan tranquilos.
Encapsulados, terriblemente melancólicos, extenuados, agrietados, trizados.
Caminamos a ciegas, en un lugar sin mapa, a tientas.
Podriamos perdernos, dejemos huellas en ese caso. Gotas que se observan a contraluz a mediatarde.
Pistas secretasm en un lenguaje secreto, nuevo e imperecedero.

Infrasonía 23

No pude determe, por suerte no encontré el camino, por suerte me perdí echa un nudo de contradicciones.
No pude controlarme, se me secó la boca por las rabiosas ansias mañaneras, no puedo frenar en seco cuando la rabia me ha impulsado con tal rapidez temeraria.
No pude hacer que mis ojos no se hincharan, no pude hacer que mis manos dejaran de temblar. Algo dentro de mí gritaba, no pude hacer más que escucharlo.
Cerré la puerta, no alcancé a respirar hondo y ya estaba destrozada, profundamente extraviada, ensimismada, sintiéndome dañina y peligrosa, sintiéndome un poco más cercana a esos pasillos nocturnos en los que deambulo sola, con la crispación en el pecho.
Tóxica y estancada, en un pozo mío que no comparto, una laguna de algas negras que se me enredan entre las piernas, me amordazan con violencia, me sumergen en las perversas cavilaciones de mi mente.
Planeo su pronto asesinato, planeo la consecuente huida de desenlace fatal, planeo el fin mis tiempos, meticulosamente, calculadoramente. Planeo los 3 pasos hacia el salto final, el desafio instinto, la supervivencia a pena de muerte de quien pestañee primero.

agosto 23, 2010

Infrasonía 22

Respuesta negativa a las cavilaciones de mi instinto.
Me gustaría ser eterea, totalmente eterea y desplazarme hasta tu ventana, abrazarte hasta quedarme quieta, contaminar tu ambiente hasta que no hayan espectros.
No niego el impulso aunque se me quede atrapado en las costillas.
No niego el impulso aunque me estrelle contra un muro invisible de restricción.
No niego el impulso, porque eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, el empujón al hacia el abismo que estaba necesitando, el despegue de mi nave estancada en un pantano de cuento infantil, el vértigo en caída libre, aunque siempre lo repita.
Me gustaría ser líquido y arrastrarme a tu puerta, no perderme de nuevo en el camino, colarme por una grieta benefactora y lloverme en tus ojos porcelánicos. Un beso en la sien que te despeje las telarañas incidiosas, esas que atacan cuando uno no quiere, cuando uno piensa que puede sacarlas de un manotazo.



Una sonrisa en tu boca, mi exorcismo completo, un segundo mirándote es una hora en mi planeta lejano.
Un abrazo; el combustible necesario, tu partida; el aterrizaje forzoso, la desición ferrea de esperarte en mi ventana, rodeada de luces, patrones y gatos; piezas de un puzzle que no tiene mucho sentido sin tu voz como soundtrack.

agosto 22, 2010

Infrasonía 21

Que no se conserven mis estados, que no se acurruquen mis miedos.
Que no se congelen mis gestos, que no se me arruinen las risas.
Que no se pierda por mucho mi mirada, que no se extravíen de nuevo mis pasos.
Que no se perturben mis pensamiento, que no se me empañe la memoria.
Que no se me tense la espalda, que no se me endurezcan los puños.
Que no se petrifiquen mis pestañas, que no se distorcionen mis sentimientos.
Que no perezca mi humor, que no se me ahoguen los suspiros.
Que no me falten las letras, que no se me canse la vista.
Que no paren las vueltas, que siga el vértigo.
Que no se apaguen mis cigarros, que no se me pierda la luna.
Que no me falte la noche, que no se me castigue con indiferencia.
Que no se agoten tus abrazos, que no me pierda por mucho en la niebla.

Infrasonía 20

Nunca entiendo bien lo que me pasa, siento que no puedo exigirle a mis emociones que se identifiquen ante mí como si fueran reos, no puedo pedirle a mis entrañas que vomiten las sensaciones que tengo, las envíen a mi cerebro para que este las organice con nombre y etiqueta, para que mis labios puedan susurrarlas mientras escribo esto y finalmente que mis dedos torpes las impriman en la simpleza de las palabras, no se puede, yo no puedo.

Nunca entiendo bien porque a veces quisiera estar muerta y que me comieran los bichos, y sin embargo, cuando paranoicamente pienso que puedo morirme de un infarto en los próximos 3 minutos o que esta noche finalmente me iré en el sueño hasta... hasta donde sea, me asusto, me aferro a la vida como un perrito de la calle que se niega a morir de hambre y tiene que moverle la cola a los transeuntes para que le tiren un trozo de pan. Así me siento yo, coqueteándole a la vida para que me permita demostrar que quizá disfruto en serio estar viva.

Nunca entiendo bien las razones de mi mente, por eso están muertas. O bien, son mudas o hablan en otro idioma o son invertebrados animalejos que me tienen miedo. No logro comprender porque detesto lo que detesto, porque amo lo que amo... y finalmente pienso que no tengo porque entender nada y si tuviera que hacerlo no lo haría porque la pereza de ser un ser me tiene atrapada y adormecida.

Nunca entiendo la irritabilidad de mi ánimo, ni el desalojo inmediato de la furia cuando veo cierta mirada entre muchas. No comprendo como puedo moverme tan rápido entre la paz y el caos, el torbellino y el paisaje paradisiaco.

Nunca entiendo porque en momentos como ahora, mis dedos no paran de saltar en las teclas, mi garganta siente un cosquilleo, mi respiración entrecortada me recuerda que esto ya lo he vivido antes.

Infrasonía 19

Este es el sacrificio de mi violencia, malherida, aguerrida, vociferante.
Esta la crucifixión de mi violencia, cubierta de sangre, con los ojos desorbitados y jadeante.
Esta es el asesinato último a mi violencia adherida a mi lengua, a mis dedos, a mi mirada incinerante.

Adormecer el cuerpo entero, bajar la guardia, vulnerabilizarme al máximo.
Hacerse un ovillo, abrazarse las rodillas, las lágrimas cayendo al pecho. Ser nadie, estar desposeida.
Eliminar la violencia incrustada bajo mis poros, eliminar todo vestigio pasado de fantasmas antiguos, sicarios malditos, verdugos a sueldo.

Este es el bombardeo ensordecedor de mi violencia.
Este es el silenciamiento de mis blasfemias contaminantes.

Violencia anciana, muere.
Violencia de antaño, desaparece.
Violencia pasada, esfúmate.
Violencia querida, suicidate.

agosto 20, 2010

Infrasonía 18

Espera mi alunizaje.
Observa despacio las ondas de calor.
Bebe, fuma, grita, sufre, rie, muere.
Súbete a mi nave.
No temas un accidente.
Quiere, golpea, muerde, llora, muere.
Levanta tus manos si me ves en el cielo.
Saluda a tus dioses de mi parte.
Cree, intenta, pierde, chantajea, muere.
Deten la sangre con un suspiro a velocidad inversa.
Esculpe las realidades y sus telas, revienta con un disparo las molestias de estar vivo.
Pinta, destroza, burlate y muere.

Infrasonía 17

Yo pensaba que era un sueño y que tarde o temprano iba a despertar.
Estaba inmóvil, incrédula y sin expresión.
Sentí voces a mi lado, parecían de radiotransmisor. No comprendí un carajo, comencé a asustarme.
Recordé de golpe que puedo safarme de esas situaciones, cuando el miedo me impide seguir, puedo escaparme. Soy una escapista de sueños, de pesadillas, de la sala de espera del sueño, del final del túnel.
Pude mover los ojos que ante desconcertada escena exainaron todo.
Vi un espejo a mi lado, un fluido metálico que reflejaba mi imagen más bien.
No estaba amarrada, no estaba maniatada, no estaba encapsulada... Mi boca parecía un durazno estrellado en el suelo, mi cuerpo era un flujo de colores y electricidad.
Comprendí entonces que me habían reducido a la escencia energética de mis más pequeñas composiciones.
Ahora lo sé, ahora puedo volver.

Infrasonía 16

Mente colapsada ante el infinito incalculable, se ahogan mis torpes momentos de cordura, me sumo en la marea ventisquera, me derivo a la casualidad de las corrientes.
Me abandono pero sin el nudo en la garganta, me abandono en la simpleza de no pertenecer a ningún sitio. Me abandono en el desierto blando y tibio, arrastrándome por las orillas, sin buscar la salida, sin ánimos de surgir en nada.
No me siento triste ni partciularmente vacía, me siento ínfima y rodeada de objetos, miserable y rodeada de estímulos, pequeña, tardía, dormilona.
Mi espalda se hace una con el pasto, mis manos parecen tocar el cielo, estoy cómoda siendo perfectamente nadie, estando completamente nula.
No me siento enojada, ni particularmente decepcionada. Me siento un grano de arena, solitaria navegante.
El viento cantaba sus últimas canciones nocturnas, los velos que colgaban de mis párpados ya no tenían energía para sus agitaciones activas. Mis dedos fríos comenzaban a buscar calor, me estaba despidiendo de la tierra de los humanos, me desvanecía en una visión borracha, me convencía de ser un espejismo de marinero errante.

agosto 19, 2010

Infrasonía 15

Me desgenero, porque me des-genero de las normas, de los caprichos de la coorporación de la vida.
Me desintegro. Me des-integro de la hectáreas de integrados, los afiliados perpetuos a la cadena con grillete.
Me desespero. Me des-espero los tiempos, no los quiero, no me gustan. Exijo otros, más lentos, mas flexibles...
Me percibo en órbita, me concibo externa.
Sueño con Texas, me largo de aquí.

Infrasonía 14

Y si logro saltar, si logro despegar y si mi tos nicotínica no me detiene, seré parte del asfalto, seré pieza de la calle, el suelo de los perros, los rieles de los autos.
Se inscribirán patrones en mi cuerpo esparcido, se fundirá mi cerebro con el polvo.
Será mi lecho, mi entierro y mi tumba.

Infrasonía 13

Despertar amarrada a un sonido, a una mirada petrificante. Una de las tantas. Despertar adicta a los trozos de piel expuestos, a las luminosas fogatas en mi mente. Despertar con el sol atravesándome los párpados.
Despertar y querer verte.
Despertar con la tranquilidad del recuerdo del tono de tu voz templada, resonando en mi cabeza, grabada de mil formas.
Despertar sin considerar la vida como algo serio, sin considerar a las personas, ni a los días, las horas, las obligaciones, los calendarios, las expectativas.
Despertar adornada con irresponsabilidad, coronada de obnubilación.
Despertar y retener la sensación de tu mano en mi mano, de tu ojo en mi ojo, de tu risa en mi caja toráxica, rompiendo los cristales de mis edificaciones internas.
Despierto y quiero verte, contarte un sueño, almacenarte en mi disco duro, extraerte cada vez que quiera y reproducirte cuando te tienes que ir. :)

agosto 17, 2010

Infrasonía 12

Puedo dormirme entre las brasas, despertarme con un rayo partiéndome la frente, soy un poco menos débil de lo que parece, soy un poco menos ingenua de lo que quisiera.
Tengo una lengua de doble filo que me sirve para anclarme en medio de la tormenta y aunque me invadan pensamientos trémulos a medianoche y aunque me despeine el torbellino de mi mente austera; sigo en pie, desvalida a ratos, quizás hecha trizas, quizás postrada entre estas cuatro paredes. No me importa, no me detengan, no van a poder.
Quizá esté un tiempo muda y sin respirar, rearmandome como si fuera un puzzle. Pero seguiré despierta, seguiré con vida. Soy un poco más fuerte de lo que quisiera, un poco más dañina de lo que me permito, un poco más terrible de lo que aparento.
En el fondo no le tengo miedo a nada, que se vaya mi materia a la mierda, que se encapsulen mis emociones en burbujas suspendidas, no estoy asustada, no me protejan más.

agosto 16, 2010

Infrasonía 11

Se siente como caminar muerta.
Mi cuerpo se cansa pronto, no puedo defenderme del ambiente.
Me siento hecha un ovillo, respirando a penas y sin muchas ganas.
No puedo pensar con claridad, me cuesta sostener la mirada, me cuesta mantenerme despierta.
Deben ser las vitaminas que me faltan, los anticuerpos que no genero, las condiciones oníricas que me aprietan.
Deben ser las ganas de vivir sola, de habitar en un paralelismo no descubierto.
Me cuesta, en fin, lo cotidiano de la vida. Me cuesta mantenerme saludable.
La piel me duele, la cabeza me da vueltas.
No sé si la niña de la ventana saltará, al menos podría intentarlo y ver (o no ver) que pasa.

agosto 15, 2010

Infrasonía 10

¿Se podrá el mundo mirar en perspectiva si utilizamos nuestras últimas fuerzas en eso?
¿Es inútil?
¿Me podré parar de puntillas en la orilla del techo de un edificio alguna vez?
¿Y qué si quiero morirme?
¿No vale la pena el intento?
Si pudiera disgregar mis moléculas me perdería en un vendabal pasajero, no lo pnesaría dos veces y empolvaría por algunos segundos la atmósfera, sería mi último aliento, llámalo como quieras, mi última petición descarada a este lugar al que no escogi venir.

Infrasonía 9

Se iluminaron los teclados muertos de palidos colores adormecidos.
Se comenzó a embellecer las flanges, a pintarlas de nuevo de mujer...
Las entradas parpadeaban como relámpagos en este sueño dorado.
Los cielos veinteañeros caían a pedazos sobre la cuidad enardecida, se habían excedido... sus.cep.ti.bles a morir...
Una llovizna de oro... las antorchas en el bosque, las hadas peregrinas...
Aconteció una noche y se me quedó grabado.

Infrasonía 8

Quisiera tener tres piernas y que todos fueran gemelos.
Quisiera un enchufe en la nuca, un paseo por marte.
Quisiera venas transparentes, un traje aerodinámico, una manera de flotar en la oscuridad.
Quisiera tres deseos, un torbellino en mi habitación, un arma con trece balas.
Quisiera uñas de acero, mil pedazos de un mapa.
Tic Tac, Campanas navideñas. Tic Tac, globos por el aire. Biosfera confundida, terremotos eléctricos.
Trozo de mi vida sin control.

agosto 14, 2010

Infrasonía 7. IV.

16) Si te lastima esta frecuencia corre. Si tus oídos están sangrando no servías para esto. Si estás a punto de desmayarte, aquí terminó tu viaje. Será primero un ruido eléctrico, agudo, afilado... Caerás después en el el fondo de un oceano espeso. Es denso, pero a tí se te dan bien esas cosas.

17) Uhm... sentimientos, no conociamos muy bien esta faceta tuya. ¿Tu tampoco? Lo sospechaba, no eres excelente en cosas de ese tipo, por eso has lastimado a tanta gente, por eso has salido hecha trizas en otras ocasiones. Pero te veo tranquila, aunque inconscientemente te sabotees muchas cosas... No debes preocuparte, eso no hará más que dañar a quienes se te acercan. ¿Que? Esta bien, te dejo sola. Disfruta en silencio y con los ojos cerrados este portal emocionalmente activo/adictivo que abriste...

18) Eres buena buscando remedios a tus penas. Sabes como sanar de ciertas cosas, así que usa esa habilidad en tu favor. Deja ir, olvida tu pasado rencoroso. Deja atrás esos varios años que estuviste amarrada, besa en la frente al recuerdo y corre. Ahora corre ! Ahora te sirve correr, cerrar las puertas, cerrar las ventanas. Limpia tu ambiente, déjalo estéril, no dejes que sus fracasos te impidan moverte. No dejes que te lastime de nuevo, no dejes nuevamente tu brazo a su merced, no dejes que te inyecte una sobredosis ahora, ya lo intento una tarde ¿te acuerdas? pudiste haber muerto en su cama, soñando que él te quería, pero intentó matarte. ¿no te asusta recordar sus ojos cuando lo descubriste? ¿no te asusta recordar su cabello negro pegado a su frente sudada por el miedo de casi cometer un crimen? Casi no la cuentas dos veces kei, no lo odies, ahora que lo olvidaste sólo déjalo ir...

19) No, no te vayas de nuevo. No te encierres... Demasiado tarde, me dejaste hablando sola... Que facilidad tienes para escarbarte tus propias miserias.

20) Perdiste. NO has muerto, no estás viva... que extraño trance el tuyo. ¿quién eres kei? ¿Esás viva porque respiras? ¿Estás muerta porque no sientes nada? Espero que un día tengas la fuerza para volver a intentarlo, debes liberarte de tus cargas, lo sabes... siento que disfrutas cargar con ellas... no te entiendo, me das pena.
Ganaste, no estás muerta. (pero tampoco viva)

Infrasonía 7. III.

11) Ahora que descargaste un poco tu espalda, quisiera intentar extirpar de tu materia simbólica aquellas obsesiones que han ocupado tu mente y tu cuerpo por años.
¿Dejaste ya de escribir con el dedo en la sábana todo lo que te dictaba tu voz interna? ¿Dejaste de vendar los ojos de tus peluches? Ya sé y tu también sabes, te agrada la idea del secuestro, te agrada el egoísmo que mueve a las personas, esa vuelta repentina hacia sí mismos para obtener lo que desean. Te agrada la muerte. 2 minutos para perder la conciencia por falta de oxígeno en un ahorcamiento, 4 minutos más para que el corazón deje de latir. 7 segundos te demorarías en caer si te lanzaras del piso 29 de un edificio, pero a los 2 minutos te desmayarías porque la velocidad cortaría el oxígeno a tu cerebro. Inyectarte una burbuja de aire en la vena te mata en media hora, pero es doloroso no? Corta tus venas en vertical, para una sobredosis de pastillas mete tu cabeza en una bolsa plástica, evitarás el vómito reaccionario de tu cuerpo que no quiere morir y te irás en un viaje placentero.

12) Los números tampoco dejan tranquilo a tu cerebro, lo cual es un poco vergonzoso kei, debo decírtelo. El número 6 no se que tiene de especial, el número 256 tampoco es gran cosa. ¿que ves en ellos? ¿Sigues sumando las patentes de los autos, sigues buscando patrones en los colores que se observan de tu ventana? Si, esos dos basureros están simétricamente observándose todo el día y a quien mierda le importa kei, ¿por qué te fijaste en eso? ¿Sigues sumando, restando, multiplicando y diviendo los números de las casas cuando caminas?
Y que hay de esa obsesión con la letra K, ya es preocupante la cantidad de años que llevas perturbada. Key, Kyra, Kei, Katrien, Kaleidoscopia, Josephine K, Mrs K, K... la lista sigue y es patético.

13) Perdoname, me excedí. Quédate con tu 256 y con tu K, con tus cajas con papeles, con las lapiceras vacías, con tu ventana que después de todo es tan tranquila... Perdoname, olvide que estoy aquí para ayudarte, pero no es todo culpa mía, al ser parte de tu mas interna subjetividad finalmente yo soy tu misma extrapolada en un ente funcional que te quiere redimir. Aun tienes el valor de hacerlo, te felicito por eso.

14) Sigamos, está oscuro, te mueves bien. No vas a caerte tan fácil, no por nada has llegado hasta acá. Voy a dejarte sola un momento, fuma un cigarro si quieres. Estas calles no son de nadie, hay otros deambulando, no les hables, ellos no lo harán.

15)A ti siempre te dan ganas de hacerlo todo sola. Ya estás intentando correr de nuevo, sácate los audífonos AHORA, tienes que escucharme a mí y sólo a mí, es por tu bien... No me parece gracioso que te hayas arrancado. ¿quién te crees que eres? Después regresas arrepentida, pidiéndo nuevos exorcismos... Ya... no vas a volver verdad? Corre mientras puedas entonces, ya sé que estás por regresar y que esa sonrisa libre que adorna tu cara no durará por siempre, la fuerza que tienes es bastante pero no te alcanza para más que despegar, cuando intentes mantenerte te darás cuenta que no sabes como hacerlo y adivina que va a pasar? Si, te vas a estrellas de nuevo, te he visto hacerlo antes.

Infrasonía 7. II

6) Si, te va a costar al principio, más aún después de tu encierro catatónico, me asustaste jovenzuela impertinente. Intenta no ser tan vulnerable a tus propios melodramas. ¿lo intentarás? Comienza despacio, con algo ligero, no quiero agotarte tanto, después de todo quiero ayudarte a despejar tu mente, a borrar lo innecesario y eliminarte si la situación se torna insostenible. Quiero ayudarte. Comienza... Vas bien, no dejes que el corazón te rompa las costillas, deja eso para el final; por ahora sacrifica un par de dedos, un par de huesos rotos no matan a nadie.

7) No te arrepientas ahora, si bien, este es un paso desagradable no es el peor, pensé que estarías más preparada. Elimina el temblor de tus manos, elimina tus mejillas sonrojadas, elimina la sensación de tener vidrios incrustados en los ojos, elimina el sentimiento de enemistad con esas caras que ves en este momento. Sólo son fantasmas que podrían ser gatos, que podrían ser nubes, que podrían ser insectos. No pueden dañarte ahora, eliminalos, cierra los ojos un momento, necesitas hidratar la mirada, no te averguences de tus lágrimas, son las huellas del proceso. Resiste, aprieta la quijada.

8) Tu voz probablemente cambie ahora. Debo dejarte en manos de un experto, esperame cuando termines esta etapa. Escucharas una voz de radio, el será tu piloto por un momento, hazme (y hazte) el favor de obedecerle, es un experto y sabe lo que está haciendo.
- Sújetate, vamos despegando, cierra los ojos si te mareas mucho pero recomiendo que mires por la ventana, así tendrás más claro lo que estás perdiendo... No soy muy partidario de este tipo de cosas sabes? Pero, ya. No te distraigo más, si quieres vomitar hazlo, más arriba comenzarás a sentirte mejor.

9) ¿Disfrutaste el viaje? Espero que si, tienes mejor cara al parecer, bien por ti, quizás no mueras después de todo. Esta parte es más fácil, sólo concentrate en las voces que hay en tu cabeza, por ahora sólo tendrás acceso a las más suaves, a las que no intentan lastimarte.
Aprovecha la luz solar desvanecida que entra por las cortinas, deja que los recuerdos te invadas, alimentante de las cosas buenas que te aportaron; las voces... el sol... las risas delgadas bajo la sombra de los árboles... disfruta kei, las perderás pronto. Míralas alejarse, son el aleteo de las mariposas a contra luz.

10) Es normal que sientas rabia y es normal que no te des cuenta. Estás acostumbrada a estar enojada con los que te rodean, aunque nisiquiera te rodeen en realidad. Has estado enojada por un buen tiempo... Pero quizás sea demasiado. ¿lo habías pensado? Te proteges de esa forma, te he visto hacerlo antes. A veces te ha funcionado perfecto, has sido lo suficientemente violenta como para asustar a mucha gente, has intimidado gente a tu paso, que no tenía porque cruzarse contigo. Has lastimado a diestra y siniestra a gente que realmente te quería, pero tu no los querías a ellos... ¿eso convertía su cariño por tí en algo falso acaso? A veces eres tan tonta. Rabiosa, malhumorada, uraña y tonta.

Infrasonía 7. I

1) La calle despejada, el viento en contra, el desafío a perderlo todo.
Es ahora o nunca, es esta noche y ninguna otra. Es el cara a cara con la despersonalización.
Las luces dejan de ser redondas, se estiran porque se está moviendo todo. Son líneas kamikazes cruzando el cielo, las bengalas de las divinidades, la bienvenida al último juego.

2) Se desplomó un poste, los sonidos tienen que reacomodarse, los cerebros tienen que reintepretarlo todo. Los otros jugadores no se están cayendo al piso por casualidad, son máquinas ¿sabías cierto? están estableciendo interconexias nuevas, inventando a velocidad increíble una nueva forma de comunicación. Tu no vas a caerte aun, no si aún quieres superar el desafío.

3) Me da risa que no estés segura de lo que estás haciendo. Mírate, tienes la nostalgia mas gris y asquerosa que he visto en la vida... No, espera... ¿estás llorando? ¿qué quieres, matarme de risa? Bueno, te regalo unos últimos momentos, observa tu preciada cúpula celeste, despídete de tus sentimientos desadaptativos, esos que te gustan tanto.

4) Has estado entrenando, te ves dispuesta a realmente ganar esto o perderlo y desaparecer para siempre. Te he seguido hace un tiempo, siempre has sido una mujer fuerte, valiente después de todo y muy en el fondo. ¿habías notado que cada vez que te asustas tanto terminas enfrentándolo todo? ¿habías notado la cantidad de veces que te has parado de la alcantarilla mas apestosa de tus depresiones anuales? Tu corazón es un tamborilleo constante, me conmueves un poco kei.

5) ¿Por qué no te mueves? ¿En qué laberinto te metiste? Te dije que me esperaras aca mismo, sólo tenías que mantenerte quieta, apagar tu cerebro dos minutos... Dormir en el último de los casos maldición. ¿Cuánto tiempo vas a estar ignorándome? ¿Cuánto tiempo más estarás con esa cara de muerta en vida? Esa esquina del suelo, es particularmente fría, ahora entiendo porque tu piel siempre está helada, como si no corriera sangre en tu interior... Vuelve kei, vuelve...

Infrasonía 6

Tiemblan mis convicciones.
Se agitan las conexiones.
No se por donde comenzar a correr, mis pies están destruidos por las trampas.
No tiene mucho sentido negar mi veneno, mi capacidad tóxica de embriagar de oscuridad todo lo que toco.
A veces me imagino una cuidad ardiendo. Puedo ver gente herida llorando, puedo ver ojos en blanco, puedo ver las convulsiones de los que van cayendo.
Con música inyectada directo al cerebro, camino entre los escombros, evito la lluvia de partes humanas mezcladas con ceniza y trozos de estructuras que ya no existirán.
La cuidad en llamas es el sol nocturno que he estado buscando.
Puedo ver arboles que eran verdes tiñéndose de rojo furioso, escupiendole a dios una bocanada de humo en su invisible rostro.
Los animales han vuelto a su instinto, corren enajenados, aullando, mordiendo gente, desgarrando muertos.
El fluyo de personas y sus circuitos quemados son el elixir que estaba buscando.
Tengo las manos frías, empuñadas en mis bolsillos. No quiero ver a nadie que haya visto antes, es mi cuidad en llamas, mi espectáculo privado.
Mi sol nocturno, mi materialización última, ahora puedo elevarme desde el techo del último edificio en pie, miro hacia abajo pero no pienso caerme.
Con los ojos enardecidos por el humo gris y el fuego que come mis pestañas, desaparezco.

Infrasonía 5

Cuando navego entre la niebla.
Cuando imagino otros planetas.
Cuando deambulo como una extraña.
Cuando sueño con tu música.
Cuando me desesperan los estímulos.
Cuando me aburro de mí misma.
Cuando me persigo por las calles.
Cuando colaboro con la nostalgia.
Cuando hay huellas de sangre.
Cuando lloro sin saberlo.
Cuando pido lo imposible.
Cuando las estrellas me saludan.
Cuando quiero ahogarme en tus milagros.
Cuando mis voces no me responden.
Cuando no existo para nadie.
Cuando no me escucho respirar.
Cuando despierto mutilada.
Cuando camino despacio.
Cuando mis suspiros me inhiben el habla.
Cuando no se me ocurre que decir.
Cuando contagio de tristeza al ambiente.
Cuando no puedo reirme.
Cuando me frustran las personas.
Cuando quiero existir en otra época.
Cuando quiero morirme en un tsunami.
Cuando rompo lo que encuentro.
Cuando miro hacía el vacío.
Cuando me asusto por cualquier cosa.
Cuando abro los ojos y estoy en otro sitio.
Cuando amarro mi mano izquierda para no perderme.
Cuando respiro hondo.
Cuando extirpo tus esporas.
Cuando el resto no me parece nadie.
Cuando me siento sola.
Cuando no quiero comer.
Cuando me cuesta comunicarme.
Cuando mi cabeza me juega trucos sucios.
Cuando mis dedos obedecen al mal juicio.
Cuando me siento una aprovechadora.
Cuando dejo al sol entrar en mi espalda.
Cuando la vida se me desvanece.
Cuando mi pelo es una habitación desordenada.
Cuando pienso en tus manos.
Cuando rompo mis promesas.
Cuando te entrego el arma para que vueles mi cabeza.
Cuando el pensamiento suicida se sienta en mi mesa.
Cuando duermo por muchas horas.
Cuando pierdo la tranquilidad.
Cuando pertenezco a tus labios.
Cuando mis latidos son caballos.
Cuando estoy hipersensible al mundo.
Cuando me encierro en mi pieza.
Cuando nazco en otros cuerpos.
Cuando muero varias veces.
Cuando repito una palabra varios minutos.
Cuando mi ventana es mi escaparate.
Cuando me siento ajena a todo.
Cuando temo lo peor.
Cuando desgarro mis brazos.
Cuando me atormenta mi existencia.
Cuando lo que digo no tiene sentido.
Cuando se me quiebra la voz.
Cuando te confío un secreto.
Cuando tiemblo de cansancio.
Cuando se me seca la boca de nervios.
Cuando existo y cuando no.
Cuando te quiero.
Cuando no me importa tu voluntad.
Cuando me cuelgo en un pozo espiral de tortura.
Cuando me pongo como una loca.
Cuando no quiero asustarte.
Cuando odio mi pasado.
Cuando sonrío bajo la luna.
Cuando me calma un abrazo.
Cuando el frío me tienta y el calor me sofoca.
Todas esas veces soy yo aunque parezca lo contrario.

Infrasonía 4

Y como si se tratara de una carrera de autos, en la que me declaro inmediatamente perdedora; no me apuro en lo absoluto, no acelero mis partículas para alcanzar (te), no me interesa desgarrar (tu) piel en un arañazo desesperado por detener (tu) velocímetro sobrexijido.

Como si hablara de una competencia, en la que de inmediato no participo; no tentaré a mi cerebro para que aprenda a leer(te) el pensamiento, no me adueñaré de (tus) recónditos pasillos y mis ojos no escrutaran más allá de lo permitido.
No me adelanto, no me preocupo.

Avanzo a mi ritmo vertiginoso aveces, aletargado a ratos.
Espero tranquila, con una sonrisa tenue, un bosquejo de alegría. (Esfuerzo que ganó la batalla a mis insignificantes demonios)

Espero sentada, fumando algo.
¿Vienes de vuelta o recién vas?
Está bien, yo espero, yo sigo aquí.

agosto 12, 2010

Infrasonía 3

Flujo de sangre cayendo desde una lengua mordida, ojos hinchados desorbitándose, ajenos al movimiento, clavados como una estaca en el horizonte imperturbable.
La mandíbula desencajada y la cabeza dando vueltas. Ojos llorosos no se quiebren todavía.
Manos temblorosas, demolición de la estructura ósea. Abúlica representación de las mentes.
Vómito de ectoplasma cayendo en picada al suelo, no se transformen todavía.
Esperen la señal de los astros, la confirmación de sus pasos.
Rodillas raudas, no huyan hacia ninguna parte. Mantenganse firmes, se acerca el cataclismo. No caminen a ciegas, piernas congeladas.
Lágrimas multiemocionales no se entreguen, no dejen espacio al mendigo pendenciero, rehusen la petición del sediento. Contengase agrietadas hasta la explosión.
Los oídos presionados, rompiendo el craneo, desvaneciendo el sólido escudo, no revienten, no mueran todavía. Quédense a la escucha, se acerca la gran luz.
Cuerpos giren.
Cabezas levántense.
Bocas sonrían.
Es el fin de los tiempos.

agosto 04, 2010

Infrasonía 2

Planeo recordarlo todo, archivarlo en mi memoria.
Pintar tu voz, incrustarme tus ojos.
Planeo quererte el tiempo que me dejes, planeo empujarte por la ventana de mis secretos y esperar que no te asustes de mi mirada huidiza, encendida por el fuego de genéticos episodios dolorosos.
Planeo robarte el tiempo, absorber el calor de tus manos, prohibirte respirar varios minutos.
Planeo extirparte algún beso y romperte el cuello sin ningún remordimiento.
Planeo extrapolarme porque ya soy vulnerable, a la adicción que provocan tus esporas asesinas, natural killers a las que permito roer mi armadura ficticia.
Planeo no quebrarme en dos segundos cuando te miro directo al infinito. Prometo no perderme en el camino sin dejar huellas digitales transparentes, observables a la contra luz de un día cualquiera.

Infrasonía 1

Asesinato a la razón. Un disparo certero en el centro de su ojo defectuoso.
Lo de afuera y lo de dentro. Estrellándose, mezclando e intercambiando asuntos.
El cristal roto de afuera, el sonido que me quebranta por dentro.
El viento enredando mi pelo, el soplido de Eolo en mi oído, el mareo interno inconsistente.
El frío amanecer de las luces de neón encendidas, el roto paraje de las pupilas encandiladas que percibo.
Insisto en la violencia autodirigida, arremeto contra mi piel y sin miedo me rasgo el envoltorio, la agresión interna, la herida que no cierra, el llanto constante y la frustración de saberme perdida, se manifiesta en la compensación externa, en el abrazo a un otro, en el temor a perderlo todo, en la temeraria acción de arriesgar la vida entera.