septiembre 21, 2010

Infrasonía 41

No puedo controlar el ánimo, no sé que tengo que me vuelco sin remedio sobre arenales infectados.
Me idiotizo y me empeñezco, me entristezco sin motivo. Me son ajenas las palabras dulces, se reflejan en mi armadura escarlata.
No sé que tengo que no evito, caer corriente abajo dentro de mi propio abismo congelado.
Hago de miradas trizas, de pedazos de tiempo residuos.
Y la realidad se me hace tan real que no logro descnectarme a tiempo, demasiado consciente de mi peso sobre esta silla, demasiado despierta conozco la activación de mis mecanismos defensivos.
Me corroe algo la garganta, el pecho. Y es tan inutil buscar sentido que me pierdo dentro de mi misma, gigante espacio de colores lúgubres, gigante espacio lleno de aire seco.
(No entres, es horrible aquí dentro)
Del caos interno no me fío, del dolor que no se ha ido temo, de la frustración de continuar viva alimento mi expansiva, contagiosa y terrorífica forma de divagar entre los terrestres parajes a los que estoy atada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario