diciembre 18, 2010

Infrasonía 66

La pacífica mentira, descansa en una orilla de playa, en un puñado de pasto, en un par de pensamientos oblicuos.
La pacífica traición duerme sobre el tiempo ausente, se despierta con ínfulas nuevas pero vacías, se alimenta de pedazos de reconstrucción inútil.
La pacífica herida se abre en momentos de tensión, de completa soledad.

Se odia, se percibe.
Se retuerce el pánico en su propia celda de carne hueso.

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