La gravedad y sus agravantes no me alcanzan, no me muerden los tobillos los colmillos del subsuelo. Pero esto es por hoy y sólo por hoy, como una oferta nocturna del cansancio esquivo.
Egoismo. Autosatisfacción.
El miedo y sus temblores no me alcanzan, parecen no verme las ventoleras fantasmas, pero esto es esta vez y la única vez, como la mordida de una araña.
Me escapo, me escondo, no me atrapan las lágrimas de las nubes, goterones absurdos, ilusos melodramas.
Sonrío de mentira, asustando a la cuidad.
Sin éxito golpeo mi pecho.
Individualismo edónico.
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