agosto 30, 2010

Infrasonía 31

Alerta de ensimismamiento.
Prevención de caída libre a no sé donde.
¿ se escucha ?
Fuerte y claro, respondo yo del otro lado.
La mirada fija en el techo, esperando incendiarlo.
Caminar despacio bajo el cielo nublado, jugar con el equilibrio de mis pies.
Uno delante del otro. En linea recta. Uno... después... el otro. Paso por paso.
Sonrío conectada a un audífono.
Sonrío demente porque no sé que más hacer.
Camino despojada de mí misma y del resto. Camino porque no me conoce nadie.
Feliz y melancólica, trágicómica escena de ser de humo, salí expulsada por las bocas que no conozco, me difuminé en el horizonte y me quedé callada.
Silencio de sepultura.
Repetición de palabras.
Contéo incansable de todo.
Cuenta regresiva a ninguna parte.
Calendario avanzando sin mirarme ni un segundo.
Pedazo inútil de ser humano, frágil y aguerrido.
Confrontacionalmente perversa, inimaginablemente inofensiva.

Infrasonía 30

Pájaros muertos caen del cielo.
Plumas. Ojos. Cabecitas estrelladas.
Está todo invertido. Y si grito no me escucha nadie. Y si callo me mira todo el mundo.
Se evaporan los fuegos terrestres, nuestros pies se despegan despacio de la tierra.
No estamos volando, sólo estamos locos.
Sólo perdimos la batalla.
Sólo el absoluto caos domina las lenguas.
Y siempre quise que así fuera, reirme a carcajadas de la confusión colectiva, de nuestros ojos vacíos buscando donde atarse, nuestras bocas semiabiertas y asombradas.
Desorden.
Destrucción.
Ventanas reventadas, catedrales rotas.
Aullidos humanos, escondidos en la espesa noche.
Andamos en cuatro patas, somos animales ácidos y nocturnos, noctámbulos, desesperadamente instintivos.
No extraño la interacción, no extraño ningún tipo de lenguaje. Me quedé ciega cuando la blanca explosión hizo de mis pestañas muros y de mis dedos torres infranqueables.

agosto 26, 2010

Infrasonía 29

No puedo resistirme a una escapada contigo, no me resisto a tu voz que encarcela, parcelada en tus cuerdas vocales, incrustada en las ondas sonoras que me alejan de la tierra, así me siento cuando resuenan tus sonidos en mis amplificaciones internas.
No podría alejarme de tus manos tibias, de tus ojos de ojalata.
No podría dejar de quererte ahora, cuando cierro los ojos y te veo circulando entre mis laberintos rítmicos, no me resisto a los sueños en los que apareces difuso y te persigo y te encuentro camuflado entre la gente, tan distinto a todos, tan similar a mí.
No saco tu electrica presencia de mis circuitos, me movilizan los shocks de adrenalina desprendidos de tu piel. Navego poseida en un oceano sin fondo, oceano de lava volcánica, de sátira sin culpa, de ironía revuelta con dulzura, mezclada y remezclada en la sangre acelerada, circulante por mis venas como droga ilícita de híper adicción.

agosto 25, 2010

Infrasonía 28

¿Esa es maría colgada en un árbol?
Es el sacrificio femenino a su ausencia en las plegarias modernas, su voto de rebelión ante la indiferencia paulatina de su mirada revoltosa, porque nadie te cree maría que así como te ves seas en realidad, suelta y loca te imagino.
¿Esos son ángeles llorones? a sueldo, malditos tristones.
Quítense la túnica, fantaseen con drogas, escupan mi cara con su saliva divina, regálenme su gracia y su arpa.
¿Ese es jesús idiotizado con todo el mundo? Vaya manera de demostrar carácter, quítenle las sandalias playeras, traíganlo más cerca, es un tipo guapo después de todo, déjenme invitarle un trago y robarle un beso, que me regale así su temple, su labia convence-gente. Estaremos todos muertos si todo sale como espero.

El suicidio repugnante de su pasión antropofílica me revuelve el estómago, el inútil color de los ojos de ellos, los caminantes mártires me revientan por dentro.

La daga.
La sangre.
La gota de sudor en su frente.
Calor. Tierra. Amarillo. Carreta. Careta. Tristeza. Terrible.
Los odio, de la manera en que aprendí a odiarme a mí misma.

Infrasonía 27

Y antes de dormir me sentí borracha.
Sonreí lejana ante una noche fría, adornada con nubes difuminadas. Nubes blancas sopladas con delicadeza sobre un telón negro.
Abrigué mis manos bajo mi pelo apestoso a nicotina, sentí el calor apoderarse de mis dedos, movilizarlos. Sentí mis dedos enroscarse en mi pelo, desordenarlo.
Dí dos pasos, tambaleé y se me nubló la vista. Me recosté embriagada, mirando como el techo cambiaba de color, perdiéndome en la infita introspección que hacen los cuerpos extasiados.
Respiré hondo, el ambiente era totalmente familiar, mío en todo sentido. Desorden, basura, luces, cigarros, incomprendida felicidad agónica.
Mi espalda se hundía en el colchón, mis ojos se cerraban despacio, estaba ebria sin haber bebido un sorbo, estaba borracha de un estado multisabor, girando las cosas a mi alrededor, pestañeando lento, adormecida en un cuento escrito con la sencillez más pura que he visto.
Me dormí borracha, desperté borracha y todo me parece un poco más claro.

Infrasonía 26

Existe una forma, ya se cual es.
No puedo todavía, porque aún estoy invadida de miedo y de dudas.
La sencilla fórmula no es compatible con mi iracunda forma de reaccionar, me cuesta desligarme de las ganas asesinas de romperlo todo, me cuesta dejar atrás un pasado de torturadora potencial.

Delirio y fiebre.

Peligro y muerte.

Ilumino un camino, llevo de la mano la pequeña porción que aún le desea cosas buenas a los demás.
Espero tranquila el momento adecuado, el ataque en blanco, el escudo último.
No atravesarán con mal fuego las cortinas de mi refugio secreto, la construcción amable de mis días sin frio.

Logro y órbita.

Corte y sonrisa.

Infrasonía 25

Cuando estás atascado entre las sabanas de tu propia jungla ¿te molesta sentir el roce de lo ajeno en la piel?
Cuando te sientes acorralado entre las múltiples opciones que ofrece tu cerebro. ¿no te dan ganas de dispararte antes de escojer?
Cuando estás a oscuras en pleno día ¿no efervecen tus ojos aguados? ¿no cierras los ojos para evitar el ardor?
Cuando estás de pie frente a todas las personas que no conoces ¿no te dan ganas de salir corriendo hacia niguna parte?
Cuando te cansas de esperar tu propia mejoría interna y te cansas de intentar que alguien note tu esfuerzo por seguir con vida ¿no te hiere el corazón una lanza de hierro oxidado?
¿no se disculpa tu cabeza por interrumpirte el sueño y abandonarte en la selva de los recuerdos olvidados?
¿no temen tus dedos al de-le-tre-ar cada palabra?
¿no se disculpa tu reflejo cuando te miras y no sabes quien eres?
Cuando te prendes en fuego deseando arder hasta ser cenizas ¿no te tiembla el pulso? ¿no respiras con dificultad?
Hay algo desangrándome los ojos, un alarido lastimero.
¿No se anima tu alma al verme 9 grados bajo cero?
¿No te dan ganas de permanecer en silencio por el resto de la tarde?
¿No quieres volarme los sesos en mil pedazos?
Quizá ya sea mi turno.

Infrasonía 24 b)

No corro tanto peligro si lo pienso dos veces.
Le temo a pocas cosas, por que mi tendencia de martir patético me amortigua los golpes.
No me protejo contra nada, porque la vulnerabilidad de acerca a donde quiero estar.
Quiero estar adherida, quebrarle cada hueso a las tropas reacias a la derrota.

Me mantengo bien así, caminando de a poco. Con los ojos adiestrados ante cualquier ataque, con la frialdad necesaria para despejarnos la vista.
Logro sentir el peso de tus pestañas, inmiscuirme en los atajos necesarios que no saquen con vida de la virtualidad siniestra que nos contextualiza.

Idiotas aquellos que quisieron verte muerto, idiota la visión chamánica de quienes creyeron en el destino imperturbable, idiotas aquellos que no supieron cerrar bien las compuertas. Decifré la contraseña, contaminé sus rincones, los dejé nulos y agobiados.

Me alimento del calor de tus manos, me hidrato con tu risa.
Toco tu piel, se desgarra una deidad que juraba ser eterna.
Miro a mi alrededor y me siento tranquila.
Agradezco cada instante en que batallamos hasta quedar agotados, agradezco tu eléctrica presencia, me hace inexplicablemente feliz.

Infrasonía 24 a)

Pisamos terreno acuoso.
Podemos hundirnos siempre.
Estamos en riesgo de muerte.
Amenazados por nuestros miedos ancestrales.
Secuestrados por las imagenes peligrosas que proyecta nuestra mente.
Poseídos por quienes no nos dejan tranquilos.
Encapsulados, terriblemente melancólicos, extenuados, agrietados, trizados.
Caminamos a ciegas, en un lugar sin mapa, a tientas.
Podriamos perdernos, dejemos huellas en ese caso. Gotas que se observan a contraluz a mediatarde.
Pistas secretasm en un lenguaje secreto, nuevo e imperecedero.

Infrasonía 23

No pude determe, por suerte no encontré el camino, por suerte me perdí echa un nudo de contradicciones.
No pude controlarme, se me secó la boca por las rabiosas ansias mañaneras, no puedo frenar en seco cuando la rabia me ha impulsado con tal rapidez temeraria.
No pude hacer que mis ojos no se hincharan, no pude hacer que mis manos dejaran de temblar. Algo dentro de mí gritaba, no pude hacer más que escucharlo.
Cerré la puerta, no alcancé a respirar hondo y ya estaba destrozada, profundamente extraviada, ensimismada, sintiéndome dañina y peligrosa, sintiéndome un poco más cercana a esos pasillos nocturnos en los que deambulo sola, con la crispación en el pecho.
Tóxica y estancada, en un pozo mío que no comparto, una laguna de algas negras que se me enredan entre las piernas, me amordazan con violencia, me sumergen en las perversas cavilaciones de mi mente.
Planeo su pronto asesinato, planeo la consecuente huida de desenlace fatal, planeo el fin mis tiempos, meticulosamente, calculadoramente. Planeo los 3 pasos hacia el salto final, el desafio instinto, la supervivencia a pena de muerte de quien pestañee primero.

agosto 23, 2010

Infrasonía 22

Respuesta negativa a las cavilaciones de mi instinto.
Me gustaría ser eterea, totalmente eterea y desplazarme hasta tu ventana, abrazarte hasta quedarme quieta, contaminar tu ambiente hasta que no hayan espectros.
No niego el impulso aunque se me quede atrapado en las costillas.
No niego el impulso aunque me estrelle contra un muro invisible de restricción.
No niego el impulso, porque eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, el empujón al hacia el abismo que estaba necesitando, el despegue de mi nave estancada en un pantano de cuento infantil, el vértigo en caída libre, aunque siempre lo repita.
Me gustaría ser líquido y arrastrarme a tu puerta, no perderme de nuevo en el camino, colarme por una grieta benefactora y lloverme en tus ojos porcelánicos. Un beso en la sien que te despeje las telarañas incidiosas, esas que atacan cuando uno no quiere, cuando uno piensa que puede sacarlas de un manotazo.



Una sonrisa en tu boca, mi exorcismo completo, un segundo mirándote es una hora en mi planeta lejano.
Un abrazo; el combustible necesario, tu partida; el aterrizaje forzoso, la desición ferrea de esperarte en mi ventana, rodeada de luces, patrones y gatos; piezas de un puzzle que no tiene mucho sentido sin tu voz como soundtrack.

agosto 22, 2010

Infrasonía 21

Que no se conserven mis estados, que no se acurruquen mis miedos.
Que no se congelen mis gestos, que no se me arruinen las risas.
Que no se pierda por mucho mi mirada, que no se extravíen de nuevo mis pasos.
Que no se perturben mis pensamiento, que no se me empañe la memoria.
Que no se me tense la espalda, que no se me endurezcan los puños.
Que no se petrifiquen mis pestañas, que no se distorcionen mis sentimientos.
Que no perezca mi humor, que no se me ahoguen los suspiros.
Que no me falten las letras, que no se me canse la vista.
Que no paren las vueltas, que siga el vértigo.
Que no se apaguen mis cigarros, que no se me pierda la luna.
Que no me falte la noche, que no se me castigue con indiferencia.
Que no se agoten tus abrazos, que no me pierda por mucho en la niebla.

Infrasonía 20

Nunca entiendo bien lo que me pasa, siento que no puedo exigirle a mis emociones que se identifiquen ante mí como si fueran reos, no puedo pedirle a mis entrañas que vomiten las sensaciones que tengo, las envíen a mi cerebro para que este las organice con nombre y etiqueta, para que mis labios puedan susurrarlas mientras escribo esto y finalmente que mis dedos torpes las impriman en la simpleza de las palabras, no se puede, yo no puedo.

Nunca entiendo bien porque a veces quisiera estar muerta y que me comieran los bichos, y sin embargo, cuando paranoicamente pienso que puedo morirme de un infarto en los próximos 3 minutos o que esta noche finalmente me iré en el sueño hasta... hasta donde sea, me asusto, me aferro a la vida como un perrito de la calle que se niega a morir de hambre y tiene que moverle la cola a los transeuntes para que le tiren un trozo de pan. Así me siento yo, coqueteándole a la vida para que me permita demostrar que quizá disfruto en serio estar viva.

Nunca entiendo bien las razones de mi mente, por eso están muertas. O bien, son mudas o hablan en otro idioma o son invertebrados animalejos que me tienen miedo. No logro comprender porque detesto lo que detesto, porque amo lo que amo... y finalmente pienso que no tengo porque entender nada y si tuviera que hacerlo no lo haría porque la pereza de ser un ser me tiene atrapada y adormecida.

Nunca entiendo la irritabilidad de mi ánimo, ni el desalojo inmediato de la furia cuando veo cierta mirada entre muchas. No comprendo como puedo moverme tan rápido entre la paz y el caos, el torbellino y el paisaje paradisiaco.

Nunca entiendo porque en momentos como ahora, mis dedos no paran de saltar en las teclas, mi garganta siente un cosquilleo, mi respiración entrecortada me recuerda que esto ya lo he vivido antes.

Infrasonía 19

Este es el sacrificio de mi violencia, malherida, aguerrida, vociferante.
Esta la crucifixión de mi violencia, cubierta de sangre, con los ojos desorbitados y jadeante.
Esta es el asesinato último a mi violencia adherida a mi lengua, a mis dedos, a mi mirada incinerante.

Adormecer el cuerpo entero, bajar la guardia, vulnerabilizarme al máximo.
Hacerse un ovillo, abrazarse las rodillas, las lágrimas cayendo al pecho. Ser nadie, estar desposeida.
Eliminar la violencia incrustada bajo mis poros, eliminar todo vestigio pasado de fantasmas antiguos, sicarios malditos, verdugos a sueldo.

Este es el bombardeo ensordecedor de mi violencia.
Este es el silenciamiento de mis blasfemias contaminantes.

Violencia anciana, muere.
Violencia de antaño, desaparece.
Violencia pasada, esfúmate.
Violencia querida, suicidate.

agosto 20, 2010

Infrasonía 18

Espera mi alunizaje.
Observa despacio las ondas de calor.
Bebe, fuma, grita, sufre, rie, muere.
Súbete a mi nave.
No temas un accidente.
Quiere, golpea, muerde, llora, muere.
Levanta tus manos si me ves en el cielo.
Saluda a tus dioses de mi parte.
Cree, intenta, pierde, chantajea, muere.
Deten la sangre con un suspiro a velocidad inversa.
Esculpe las realidades y sus telas, revienta con un disparo las molestias de estar vivo.
Pinta, destroza, burlate y muere.

Infrasonía 17

Yo pensaba que era un sueño y que tarde o temprano iba a despertar.
Estaba inmóvil, incrédula y sin expresión.
Sentí voces a mi lado, parecían de radiotransmisor. No comprendí un carajo, comencé a asustarme.
Recordé de golpe que puedo safarme de esas situaciones, cuando el miedo me impide seguir, puedo escaparme. Soy una escapista de sueños, de pesadillas, de la sala de espera del sueño, del final del túnel.
Pude mover los ojos que ante desconcertada escena exainaron todo.
Vi un espejo a mi lado, un fluido metálico que reflejaba mi imagen más bien.
No estaba amarrada, no estaba maniatada, no estaba encapsulada... Mi boca parecía un durazno estrellado en el suelo, mi cuerpo era un flujo de colores y electricidad.
Comprendí entonces que me habían reducido a la escencia energética de mis más pequeñas composiciones.
Ahora lo sé, ahora puedo volver.

Infrasonía 16

Mente colapsada ante el infinito incalculable, se ahogan mis torpes momentos de cordura, me sumo en la marea ventisquera, me derivo a la casualidad de las corrientes.
Me abandono pero sin el nudo en la garganta, me abandono en la simpleza de no pertenecer a ningún sitio. Me abandono en el desierto blando y tibio, arrastrándome por las orillas, sin buscar la salida, sin ánimos de surgir en nada.
No me siento triste ni partciularmente vacía, me siento ínfima y rodeada de objetos, miserable y rodeada de estímulos, pequeña, tardía, dormilona.
Mi espalda se hace una con el pasto, mis manos parecen tocar el cielo, estoy cómoda siendo perfectamente nadie, estando completamente nula.
No me siento enojada, ni particularmente decepcionada. Me siento un grano de arena, solitaria navegante.
El viento cantaba sus últimas canciones nocturnas, los velos que colgaban de mis párpados ya no tenían energía para sus agitaciones activas. Mis dedos fríos comenzaban a buscar calor, me estaba despidiendo de la tierra de los humanos, me desvanecía en una visión borracha, me convencía de ser un espejismo de marinero errante.

agosto 19, 2010

Infrasonía 15

Me desgenero, porque me des-genero de las normas, de los caprichos de la coorporación de la vida.
Me desintegro. Me des-integro de la hectáreas de integrados, los afiliados perpetuos a la cadena con grillete.
Me desespero. Me des-espero los tiempos, no los quiero, no me gustan. Exijo otros, más lentos, mas flexibles...
Me percibo en órbita, me concibo externa.
Sueño con Texas, me largo de aquí.

Infrasonía 14

Y si logro saltar, si logro despegar y si mi tos nicotínica no me detiene, seré parte del asfalto, seré pieza de la calle, el suelo de los perros, los rieles de los autos.
Se inscribirán patrones en mi cuerpo esparcido, se fundirá mi cerebro con el polvo.
Será mi lecho, mi entierro y mi tumba.

Infrasonía 13

Despertar amarrada a un sonido, a una mirada petrificante. Una de las tantas. Despertar adicta a los trozos de piel expuestos, a las luminosas fogatas en mi mente. Despertar con el sol atravesándome los párpados.
Despertar y querer verte.
Despertar con la tranquilidad del recuerdo del tono de tu voz templada, resonando en mi cabeza, grabada de mil formas.
Despertar sin considerar la vida como algo serio, sin considerar a las personas, ni a los días, las horas, las obligaciones, los calendarios, las expectativas.
Despertar adornada con irresponsabilidad, coronada de obnubilación.
Despertar y retener la sensación de tu mano en mi mano, de tu ojo en mi ojo, de tu risa en mi caja toráxica, rompiendo los cristales de mis edificaciones internas.
Despierto y quiero verte, contarte un sueño, almacenarte en mi disco duro, extraerte cada vez que quiera y reproducirte cuando te tienes que ir. :)

agosto 17, 2010

Infrasonía 12

Puedo dormirme entre las brasas, despertarme con un rayo partiéndome la frente, soy un poco menos débil de lo que parece, soy un poco menos ingenua de lo que quisiera.
Tengo una lengua de doble filo que me sirve para anclarme en medio de la tormenta y aunque me invadan pensamientos trémulos a medianoche y aunque me despeine el torbellino de mi mente austera; sigo en pie, desvalida a ratos, quizás hecha trizas, quizás postrada entre estas cuatro paredes. No me importa, no me detengan, no van a poder.
Quizá esté un tiempo muda y sin respirar, rearmandome como si fuera un puzzle. Pero seguiré despierta, seguiré con vida. Soy un poco más fuerte de lo que quisiera, un poco más dañina de lo que me permito, un poco más terrible de lo que aparento.
En el fondo no le tengo miedo a nada, que se vaya mi materia a la mierda, que se encapsulen mis emociones en burbujas suspendidas, no estoy asustada, no me protejan más.

agosto 16, 2010

Infrasonía 11

Se siente como caminar muerta.
Mi cuerpo se cansa pronto, no puedo defenderme del ambiente.
Me siento hecha un ovillo, respirando a penas y sin muchas ganas.
No puedo pensar con claridad, me cuesta sostener la mirada, me cuesta mantenerme despierta.
Deben ser las vitaminas que me faltan, los anticuerpos que no genero, las condiciones oníricas que me aprietan.
Deben ser las ganas de vivir sola, de habitar en un paralelismo no descubierto.
Me cuesta, en fin, lo cotidiano de la vida. Me cuesta mantenerme saludable.
La piel me duele, la cabeza me da vueltas.
No sé si la niña de la ventana saltará, al menos podría intentarlo y ver (o no ver) que pasa.

agosto 15, 2010

Infrasonía 10

¿Se podrá el mundo mirar en perspectiva si utilizamos nuestras últimas fuerzas en eso?
¿Es inútil?
¿Me podré parar de puntillas en la orilla del techo de un edificio alguna vez?
¿Y qué si quiero morirme?
¿No vale la pena el intento?
Si pudiera disgregar mis moléculas me perdería en un vendabal pasajero, no lo pnesaría dos veces y empolvaría por algunos segundos la atmósfera, sería mi último aliento, llámalo como quieras, mi última petición descarada a este lugar al que no escogi venir.

Infrasonía 9

Se iluminaron los teclados muertos de palidos colores adormecidos.
Se comenzó a embellecer las flanges, a pintarlas de nuevo de mujer...
Las entradas parpadeaban como relámpagos en este sueño dorado.
Los cielos veinteañeros caían a pedazos sobre la cuidad enardecida, se habían excedido... sus.cep.ti.bles a morir...
Una llovizna de oro... las antorchas en el bosque, las hadas peregrinas...
Aconteció una noche y se me quedó grabado.

Infrasonía 8

Quisiera tener tres piernas y que todos fueran gemelos.
Quisiera un enchufe en la nuca, un paseo por marte.
Quisiera venas transparentes, un traje aerodinámico, una manera de flotar en la oscuridad.
Quisiera tres deseos, un torbellino en mi habitación, un arma con trece balas.
Quisiera uñas de acero, mil pedazos de un mapa.
Tic Tac, Campanas navideñas. Tic Tac, globos por el aire. Biosfera confundida, terremotos eléctricos.
Trozo de mi vida sin control.

agosto 14, 2010

Infrasonía 7. IV.

16) Si te lastima esta frecuencia corre. Si tus oídos están sangrando no servías para esto. Si estás a punto de desmayarte, aquí terminó tu viaje. Será primero un ruido eléctrico, agudo, afilado... Caerás después en el el fondo de un oceano espeso. Es denso, pero a tí se te dan bien esas cosas.

17) Uhm... sentimientos, no conociamos muy bien esta faceta tuya. ¿Tu tampoco? Lo sospechaba, no eres excelente en cosas de ese tipo, por eso has lastimado a tanta gente, por eso has salido hecha trizas en otras ocasiones. Pero te veo tranquila, aunque inconscientemente te sabotees muchas cosas... No debes preocuparte, eso no hará más que dañar a quienes se te acercan. ¿Que? Esta bien, te dejo sola. Disfruta en silencio y con los ojos cerrados este portal emocionalmente activo/adictivo que abriste...

18) Eres buena buscando remedios a tus penas. Sabes como sanar de ciertas cosas, así que usa esa habilidad en tu favor. Deja ir, olvida tu pasado rencoroso. Deja atrás esos varios años que estuviste amarrada, besa en la frente al recuerdo y corre. Ahora corre ! Ahora te sirve correr, cerrar las puertas, cerrar las ventanas. Limpia tu ambiente, déjalo estéril, no dejes que sus fracasos te impidan moverte. No dejes que te lastime de nuevo, no dejes nuevamente tu brazo a su merced, no dejes que te inyecte una sobredosis ahora, ya lo intento una tarde ¿te acuerdas? pudiste haber muerto en su cama, soñando que él te quería, pero intentó matarte. ¿no te asusta recordar sus ojos cuando lo descubriste? ¿no te asusta recordar su cabello negro pegado a su frente sudada por el miedo de casi cometer un crimen? Casi no la cuentas dos veces kei, no lo odies, ahora que lo olvidaste sólo déjalo ir...

19) No, no te vayas de nuevo. No te encierres... Demasiado tarde, me dejaste hablando sola... Que facilidad tienes para escarbarte tus propias miserias.

20) Perdiste. NO has muerto, no estás viva... que extraño trance el tuyo. ¿quién eres kei? ¿Esás viva porque respiras? ¿Estás muerta porque no sientes nada? Espero que un día tengas la fuerza para volver a intentarlo, debes liberarte de tus cargas, lo sabes... siento que disfrutas cargar con ellas... no te entiendo, me das pena.
Ganaste, no estás muerta. (pero tampoco viva)

Infrasonía 7. III.

11) Ahora que descargaste un poco tu espalda, quisiera intentar extirpar de tu materia simbólica aquellas obsesiones que han ocupado tu mente y tu cuerpo por años.
¿Dejaste ya de escribir con el dedo en la sábana todo lo que te dictaba tu voz interna? ¿Dejaste de vendar los ojos de tus peluches? Ya sé y tu también sabes, te agrada la idea del secuestro, te agrada el egoísmo que mueve a las personas, esa vuelta repentina hacia sí mismos para obtener lo que desean. Te agrada la muerte. 2 minutos para perder la conciencia por falta de oxígeno en un ahorcamiento, 4 minutos más para que el corazón deje de latir. 7 segundos te demorarías en caer si te lanzaras del piso 29 de un edificio, pero a los 2 minutos te desmayarías porque la velocidad cortaría el oxígeno a tu cerebro. Inyectarte una burbuja de aire en la vena te mata en media hora, pero es doloroso no? Corta tus venas en vertical, para una sobredosis de pastillas mete tu cabeza en una bolsa plástica, evitarás el vómito reaccionario de tu cuerpo que no quiere morir y te irás en un viaje placentero.

12) Los números tampoco dejan tranquilo a tu cerebro, lo cual es un poco vergonzoso kei, debo decírtelo. El número 6 no se que tiene de especial, el número 256 tampoco es gran cosa. ¿que ves en ellos? ¿Sigues sumando las patentes de los autos, sigues buscando patrones en los colores que se observan de tu ventana? Si, esos dos basureros están simétricamente observándose todo el día y a quien mierda le importa kei, ¿por qué te fijaste en eso? ¿Sigues sumando, restando, multiplicando y diviendo los números de las casas cuando caminas?
Y que hay de esa obsesión con la letra K, ya es preocupante la cantidad de años que llevas perturbada. Key, Kyra, Kei, Katrien, Kaleidoscopia, Josephine K, Mrs K, K... la lista sigue y es patético.

13) Perdoname, me excedí. Quédate con tu 256 y con tu K, con tus cajas con papeles, con las lapiceras vacías, con tu ventana que después de todo es tan tranquila... Perdoname, olvide que estoy aquí para ayudarte, pero no es todo culpa mía, al ser parte de tu mas interna subjetividad finalmente yo soy tu misma extrapolada en un ente funcional que te quiere redimir. Aun tienes el valor de hacerlo, te felicito por eso.

14) Sigamos, está oscuro, te mueves bien. No vas a caerte tan fácil, no por nada has llegado hasta acá. Voy a dejarte sola un momento, fuma un cigarro si quieres. Estas calles no son de nadie, hay otros deambulando, no les hables, ellos no lo harán.

15)A ti siempre te dan ganas de hacerlo todo sola. Ya estás intentando correr de nuevo, sácate los audífonos AHORA, tienes que escucharme a mí y sólo a mí, es por tu bien... No me parece gracioso que te hayas arrancado. ¿quién te crees que eres? Después regresas arrepentida, pidiéndo nuevos exorcismos... Ya... no vas a volver verdad? Corre mientras puedas entonces, ya sé que estás por regresar y que esa sonrisa libre que adorna tu cara no durará por siempre, la fuerza que tienes es bastante pero no te alcanza para más que despegar, cuando intentes mantenerte te darás cuenta que no sabes como hacerlo y adivina que va a pasar? Si, te vas a estrellas de nuevo, te he visto hacerlo antes.

Infrasonía 7. II

6) Si, te va a costar al principio, más aún después de tu encierro catatónico, me asustaste jovenzuela impertinente. Intenta no ser tan vulnerable a tus propios melodramas. ¿lo intentarás? Comienza despacio, con algo ligero, no quiero agotarte tanto, después de todo quiero ayudarte a despejar tu mente, a borrar lo innecesario y eliminarte si la situación se torna insostenible. Quiero ayudarte. Comienza... Vas bien, no dejes que el corazón te rompa las costillas, deja eso para el final; por ahora sacrifica un par de dedos, un par de huesos rotos no matan a nadie.

7) No te arrepientas ahora, si bien, este es un paso desagradable no es el peor, pensé que estarías más preparada. Elimina el temblor de tus manos, elimina tus mejillas sonrojadas, elimina la sensación de tener vidrios incrustados en los ojos, elimina el sentimiento de enemistad con esas caras que ves en este momento. Sólo son fantasmas que podrían ser gatos, que podrían ser nubes, que podrían ser insectos. No pueden dañarte ahora, eliminalos, cierra los ojos un momento, necesitas hidratar la mirada, no te averguences de tus lágrimas, son las huellas del proceso. Resiste, aprieta la quijada.

8) Tu voz probablemente cambie ahora. Debo dejarte en manos de un experto, esperame cuando termines esta etapa. Escucharas una voz de radio, el será tu piloto por un momento, hazme (y hazte) el favor de obedecerle, es un experto y sabe lo que está haciendo.
- Sújetate, vamos despegando, cierra los ojos si te mareas mucho pero recomiendo que mires por la ventana, así tendrás más claro lo que estás perdiendo... No soy muy partidario de este tipo de cosas sabes? Pero, ya. No te distraigo más, si quieres vomitar hazlo, más arriba comenzarás a sentirte mejor.

9) ¿Disfrutaste el viaje? Espero que si, tienes mejor cara al parecer, bien por ti, quizás no mueras después de todo. Esta parte es más fácil, sólo concentrate en las voces que hay en tu cabeza, por ahora sólo tendrás acceso a las más suaves, a las que no intentan lastimarte.
Aprovecha la luz solar desvanecida que entra por las cortinas, deja que los recuerdos te invadas, alimentante de las cosas buenas que te aportaron; las voces... el sol... las risas delgadas bajo la sombra de los árboles... disfruta kei, las perderás pronto. Míralas alejarse, son el aleteo de las mariposas a contra luz.

10) Es normal que sientas rabia y es normal que no te des cuenta. Estás acostumbrada a estar enojada con los que te rodean, aunque nisiquiera te rodeen en realidad. Has estado enojada por un buen tiempo... Pero quizás sea demasiado. ¿lo habías pensado? Te proteges de esa forma, te he visto hacerlo antes. A veces te ha funcionado perfecto, has sido lo suficientemente violenta como para asustar a mucha gente, has intimidado gente a tu paso, que no tenía porque cruzarse contigo. Has lastimado a diestra y siniestra a gente que realmente te quería, pero tu no los querías a ellos... ¿eso convertía su cariño por tí en algo falso acaso? A veces eres tan tonta. Rabiosa, malhumorada, uraña y tonta.

Infrasonía 7. I

1) La calle despejada, el viento en contra, el desafío a perderlo todo.
Es ahora o nunca, es esta noche y ninguna otra. Es el cara a cara con la despersonalización.
Las luces dejan de ser redondas, se estiran porque se está moviendo todo. Son líneas kamikazes cruzando el cielo, las bengalas de las divinidades, la bienvenida al último juego.

2) Se desplomó un poste, los sonidos tienen que reacomodarse, los cerebros tienen que reintepretarlo todo. Los otros jugadores no se están cayendo al piso por casualidad, son máquinas ¿sabías cierto? están estableciendo interconexias nuevas, inventando a velocidad increíble una nueva forma de comunicación. Tu no vas a caerte aun, no si aún quieres superar el desafío.

3) Me da risa que no estés segura de lo que estás haciendo. Mírate, tienes la nostalgia mas gris y asquerosa que he visto en la vida... No, espera... ¿estás llorando? ¿qué quieres, matarme de risa? Bueno, te regalo unos últimos momentos, observa tu preciada cúpula celeste, despídete de tus sentimientos desadaptativos, esos que te gustan tanto.

4) Has estado entrenando, te ves dispuesta a realmente ganar esto o perderlo y desaparecer para siempre. Te he seguido hace un tiempo, siempre has sido una mujer fuerte, valiente después de todo y muy en el fondo. ¿habías notado que cada vez que te asustas tanto terminas enfrentándolo todo? ¿habías notado la cantidad de veces que te has parado de la alcantarilla mas apestosa de tus depresiones anuales? Tu corazón es un tamborilleo constante, me conmueves un poco kei.

5) ¿Por qué no te mueves? ¿En qué laberinto te metiste? Te dije que me esperaras aca mismo, sólo tenías que mantenerte quieta, apagar tu cerebro dos minutos... Dormir en el último de los casos maldición. ¿Cuánto tiempo vas a estar ignorándome? ¿Cuánto tiempo más estarás con esa cara de muerta en vida? Esa esquina del suelo, es particularmente fría, ahora entiendo porque tu piel siempre está helada, como si no corriera sangre en tu interior... Vuelve kei, vuelve...

Infrasonía 6

Tiemblan mis convicciones.
Se agitan las conexiones.
No se por donde comenzar a correr, mis pies están destruidos por las trampas.
No tiene mucho sentido negar mi veneno, mi capacidad tóxica de embriagar de oscuridad todo lo que toco.
A veces me imagino una cuidad ardiendo. Puedo ver gente herida llorando, puedo ver ojos en blanco, puedo ver las convulsiones de los que van cayendo.
Con música inyectada directo al cerebro, camino entre los escombros, evito la lluvia de partes humanas mezcladas con ceniza y trozos de estructuras que ya no existirán.
La cuidad en llamas es el sol nocturno que he estado buscando.
Puedo ver arboles que eran verdes tiñéndose de rojo furioso, escupiendole a dios una bocanada de humo en su invisible rostro.
Los animales han vuelto a su instinto, corren enajenados, aullando, mordiendo gente, desgarrando muertos.
El fluyo de personas y sus circuitos quemados son el elixir que estaba buscando.
Tengo las manos frías, empuñadas en mis bolsillos. No quiero ver a nadie que haya visto antes, es mi cuidad en llamas, mi espectáculo privado.
Mi sol nocturno, mi materialización última, ahora puedo elevarme desde el techo del último edificio en pie, miro hacia abajo pero no pienso caerme.
Con los ojos enardecidos por el humo gris y el fuego que come mis pestañas, desaparezco.

Infrasonía 5

Cuando navego entre la niebla.
Cuando imagino otros planetas.
Cuando deambulo como una extraña.
Cuando sueño con tu música.
Cuando me desesperan los estímulos.
Cuando me aburro de mí misma.
Cuando me persigo por las calles.
Cuando colaboro con la nostalgia.
Cuando hay huellas de sangre.
Cuando lloro sin saberlo.
Cuando pido lo imposible.
Cuando las estrellas me saludan.
Cuando quiero ahogarme en tus milagros.
Cuando mis voces no me responden.
Cuando no existo para nadie.
Cuando no me escucho respirar.
Cuando despierto mutilada.
Cuando camino despacio.
Cuando mis suspiros me inhiben el habla.
Cuando no se me ocurre que decir.
Cuando contagio de tristeza al ambiente.
Cuando no puedo reirme.
Cuando me frustran las personas.
Cuando quiero existir en otra época.
Cuando quiero morirme en un tsunami.
Cuando rompo lo que encuentro.
Cuando miro hacía el vacío.
Cuando me asusto por cualquier cosa.
Cuando abro los ojos y estoy en otro sitio.
Cuando amarro mi mano izquierda para no perderme.
Cuando respiro hondo.
Cuando extirpo tus esporas.
Cuando el resto no me parece nadie.
Cuando me siento sola.
Cuando no quiero comer.
Cuando me cuesta comunicarme.
Cuando mi cabeza me juega trucos sucios.
Cuando mis dedos obedecen al mal juicio.
Cuando me siento una aprovechadora.
Cuando dejo al sol entrar en mi espalda.
Cuando la vida se me desvanece.
Cuando mi pelo es una habitación desordenada.
Cuando pienso en tus manos.
Cuando rompo mis promesas.
Cuando te entrego el arma para que vueles mi cabeza.
Cuando el pensamiento suicida se sienta en mi mesa.
Cuando duermo por muchas horas.
Cuando pierdo la tranquilidad.
Cuando pertenezco a tus labios.
Cuando mis latidos son caballos.
Cuando estoy hipersensible al mundo.
Cuando me encierro en mi pieza.
Cuando nazco en otros cuerpos.
Cuando muero varias veces.
Cuando repito una palabra varios minutos.
Cuando mi ventana es mi escaparate.
Cuando me siento ajena a todo.
Cuando temo lo peor.
Cuando desgarro mis brazos.
Cuando me atormenta mi existencia.
Cuando lo que digo no tiene sentido.
Cuando se me quiebra la voz.
Cuando te confío un secreto.
Cuando tiemblo de cansancio.
Cuando se me seca la boca de nervios.
Cuando existo y cuando no.
Cuando te quiero.
Cuando no me importa tu voluntad.
Cuando me cuelgo en un pozo espiral de tortura.
Cuando me pongo como una loca.
Cuando no quiero asustarte.
Cuando odio mi pasado.
Cuando sonrío bajo la luna.
Cuando me calma un abrazo.
Cuando el frío me tienta y el calor me sofoca.
Todas esas veces soy yo aunque parezca lo contrario.

Infrasonía 4

Y como si se tratara de una carrera de autos, en la que me declaro inmediatamente perdedora; no me apuro en lo absoluto, no acelero mis partículas para alcanzar (te), no me interesa desgarrar (tu) piel en un arañazo desesperado por detener (tu) velocímetro sobrexijido.

Como si hablara de una competencia, en la que de inmediato no participo; no tentaré a mi cerebro para que aprenda a leer(te) el pensamiento, no me adueñaré de (tus) recónditos pasillos y mis ojos no escrutaran más allá de lo permitido.
No me adelanto, no me preocupo.

Avanzo a mi ritmo vertiginoso aveces, aletargado a ratos.
Espero tranquila, con una sonrisa tenue, un bosquejo de alegría. (Esfuerzo que ganó la batalla a mis insignificantes demonios)

Espero sentada, fumando algo.
¿Vienes de vuelta o recién vas?
Está bien, yo espero, yo sigo aquí.

agosto 12, 2010

Infrasonía 3

Flujo de sangre cayendo desde una lengua mordida, ojos hinchados desorbitándose, ajenos al movimiento, clavados como una estaca en el horizonte imperturbable.
La mandíbula desencajada y la cabeza dando vueltas. Ojos llorosos no se quiebren todavía.
Manos temblorosas, demolición de la estructura ósea. Abúlica representación de las mentes.
Vómito de ectoplasma cayendo en picada al suelo, no se transformen todavía.
Esperen la señal de los astros, la confirmación de sus pasos.
Rodillas raudas, no huyan hacia ninguna parte. Mantenganse firmes, se acerca el cataclismo. No caminen a ciegas, piernas congeladas.
Lágrimas multiemocionales no se entreguen, no dejen espacio al mendigo pendenciero, rehusen la petición del sediento. Contengase agrietadas hasta la explosión.
Los oídos presionados, rompiendo el craneo, desvaneciendo el sólido escudo, no revienten, no mueran todavía. Quédense a la escucha, se acerca la gran luz.
Cuerpos giren.
Cabezas levántense.
Bocas sonrían.
Es el fin de los tiempos.

agosto 04, 2010

Infrasonía 2

Planeo recordarlo todo, archivarlo en mi memoria.
Pintar tu voz, incrustarme tus ojos.
Planeo quererte el tiempo que me dejes, planeo empujarte por la ventana de mis secretos y esperar que no te asustes de mi mirada huidiza, encendida por el fuego de genéticos episodios dolorosos.
Planeo robarte el tiempo, absorber el calor de tus manos, prohibirte respirar varios minutos.
Planeo extirparte algún beso y romperte el cuello sin ningún remordimiento.
Planeo extrapolarme porque ya soy vulnerable, a la adicción que provocan tus esporas asesinas, natural killers a las que permito roer mi armadura ficticia.
Planeo no quebrarme en dos segundos cuando te miro directo al infinito. Prometo no perderme en el camino sin dejar huellas digitales transparentes, observables a la contra luz de un día cualquiera.

Infrasonía 1

Asesinato a la razón. Un disparo certero en el centro de su ojo defectuoso.
Lo de afuera y lo de dentro. Estrellándose, mezclando e intercambiando asuntos.
El cristal roto de afuera, el sonido que me quebranta por dentro.
El viento enredando mi pelo, el soplido de Eolo en mi oído, el mareo interno inconsistente.
El frío amanecer de las luces de neón encendidas, el roto paraje de las pupilas encandiladas que percibo.
Insisto en la violencia autodirigida, arremeto contra mi piel y sin miedo me rasgo el envoltorio, la agresión interna, la herida que no cierra, el llanto constante y la frustración de saberme perdida, se manifiesta en la compensación externa, en el abrazo a un otro, en el temor a perderlo todo, en la temeraria acción de arriesgar la vida entera.